7ª fase de Mi Reconstrucción 2.0: El Residente

Ya estamos en la 7ª fase del Curso de la «Mi Reconstrucción 2.0» y podemos afirmar que esta es la fase principal, porque el «Residente» es quien sustenta esta nueva casa que se está construyendo: el nuevo yo.

¿Quién es el Residente?

Nadie construye una casa para que esté vacía. Quien construye una casa, lo hace pensando en aquel que vivirá en ella, y el «nuevo yo» —para que esté completo— necesita de un residente. Y el «Residente», naturalmente, no eres tú, es Dios, es el Espíritu Santo, del que tanto escuchas hablar, pero, tal vez aún no has comprendido la importancia de su papel en tu vida.

«En él todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor. En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu.» (Efesios 2:21-22).

Debemos comprender que, desde el inicio, Dios convivía al finalizar el día con el hombre y la mujer en el Jardín del Edén, como también lo podemos ver a lo largo de toda la Biblia. El Señor siempre se esforzó por relacionarse con el ser humano. Sin embargo, ahora Dios ha decidido habitar adentro de nosotros a través del Espíritu Santo, convirtiéndose en nuestro «Residente».

¿Cómo podemos tener al Espíritu Santo como Residente?

La analogía es que Dios quiere casarse con la persona. Desea convivir con ella y espera fidelidad en esa relación. No obstante, el ser humano se resiste y no lo incluye en su día a día. También hay quien solo lo busca cuando está pasando una dificultad, y Dios ha soportado esto porque está enamorado del ser humano. Aun sabiendo que la persona es difícil, Él no se rinde. Este tipo de amor es complicado de entender porque el ser humano no es capaz de hacer lo mismo. Así que Dios no está relacionado con una religión, tiene que ver con observar el mundo como Él lo ve. Por lo tanto, es sumamente importante que el Espíritu Santo habite en ese «nuevo yo» que la persona está construyendo en su interior. En otras palabras, el cuerpo de una persona es una casa y el Espíritu Santo es el habitante.

Si te sientes cansado de las desilusiones amorosas, de pasar de una relación a otra, donde solo hay promesas de un verdadero amor o incluso promesas de matrimonio, pero que no llegan a nada. O si te encuentras en un punto en el que la solución parece ser el divorcio debido a la falta de amor o la infidelidad en tu matrimonio, debes saber que hay una salida.

¡Puede ser diferente!

La Terapia del Amor te brinda la oportunidad de comprender lo que Dios desea hacer en tu vida sentimental. Te invitamos a asistir al curso «Mi Reconstrucción 2.0», donde podrás explorar cuál es la voluntad de Dios para tu vida sentimental en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya, especialmente a las 7 p. m. También puede buscarnos en la Universal más cercana. No olvide consultar los horarios.

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