«El cáncer estaba en fase 4, ¡me iban a cortar el brazo!» 

Los sarcomas son un grupo de cáncer que se desarrollan en huesos y partes blandas. Los niños, adolescentes y adultos jóvenes son más propensos a padecer alguna variante, pero eso no excluye a los adultos. Uno de los tipos menos frecuentes es el sarcoma de Ewing, el cual suele originarse en las piernas, pelvis, brazos, etc. Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, cuando un sarcoma llega a la cuarta etapa, pocas veces puede curarse. 

Un caso real 

Cuando a Grecy Sánchez le detectaron sarcoma de Ewing en su brazo derecho, estaba en la fase 4. Aunque le prescribieron quimioterapias y radioterapias, no le dieron esperanzas; además, le dijeron algo que la destrozó: «Me tenían que cortar el brazo. A parte de que pasaba por mi mente que iba a morir, pensé que terminaría flaquita y en una silla de ruedas. Obviamente por los fármacos se me cayó el pelo y me veía un poco pálida, pero me afectaba más la depresión por el padecimiento, tanto así que iba al hospital sin ganas». 

Tiempo después, supo por alguien que Dios podía actuar a su favor. Ella no tenía intención de ir a la Universal, pero finalmente aceptó: «Me orientaron a acercarme al Altar y decirle a Dios lo que sentía. Al hacerlo, lo primero que hice fue reclamarle por qué estaba en esa situación, pues yo no era una mala persona, solo una joven que tenía una vida por delante con su esposo e hijos. En ese momento, Él puso en mi interior la certeza de que superaría esto. Desde entonces, no desistí de participar en las reuniones y usar mi fe, con el paso de los días me sentía con más ánimo y fuerzas». 

Luego llegó el momento en el que tenían que operarla: «Yo le dije al especialista que mi situación no estaba en sus manos, sino en las de Dios. Tras despertar de la intervención, vi que no me amputaron el brazo. Durante la recuperación dijeron que mi brazo no era servible, pero determiné que Dios me había sanado. Hoy el brazo funciona al 100 % y del cáncer no queda nada. Para enfrentar adversidades de ese tipo, es indispensable entregarse a Dios, pues es el único que puede hacer lo imposible posible», finalizó.

Casos Imposibles

¿Tienes una causa en la justicia sin solución? ¿Te han dicho que para tu situación no hay salida? ¿Los problemas que te rodean parecen imposibles de vencer? 

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