¿Existe alguna similitud entre el matrimonio y la relación con Dios?

¿Sabes qué tiene que ver el matrimonio con tu comunión con Dios? Una buena relación entre los esposos se encuentra estrechamente entrelazada con su relación con Dios.

Cuando Dios creó a Adán, lo hizo a Su imagen y semejanza, y esta similitud también se extendió a la mujer. No obstante, al unirse el hombre y la mujer, se convirtieron en uno, por lo que, en el matrimonio, sus cuerpos pasan a ser uno y sus vidas se vuelven una.

Esto también se refleja en tu vida (relación) con Dios, porque cuando estamos bien, tenemos paz con nuestra pareja, con nosotros mismos y con Dios. El matrimonio tiene que reflejar la imagen de Dios aquí en la Tierra. 

El matrimonio es la institución más sagrada y santa que existe, y también la más importante en la vida del ser humano. Puedes tener dinero, sabiduría, éxito e incluso el mundo a tus pies, pero si no tienes la otra mitad (y un matrimonio basado en la Palabra de Dios), no tienes nada, estás vacío; eso es lo que hemos visto en este mundo. 

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Para ser feliz en el matrimonio, es necesario que el marido y la esposa tengan el Espíritu Santo, porque de lo contrario, si no están en el mismo espíritu, la unión no va a funcionar. 

Una persona no se casa para ser feliz, sino para completar la felicidad que ya tiene. Pero para poder ser feliz, primero tiene que recibir el Espíritu Santo. 

¿Cómo empieza un matrimonio?

Con la palabra. Cuando una pareja se casa en el Altar, lo más importante es el compromiso en la palabra del uno para el otro delante de Dios. Esto también implica un acto de honor hacia el otro. Por otro lado, la Palabra de Dios es la que transforma la vida de las personas, y una vez que es comprendida, nos libera de los pensamientos vanos e innecesarios con respecto a lo que creemos. Por ello, aquel que se somete a la Palabra de Dios su vida no vuelve a ser igual. 

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