Errar es humano: ¿el dicho aplica en el trabajo?

Errar es humano, pero permanecer en el error no es inteligente. Este viejo dicho popular, de autoría desconocida, guarda más sabiduría de la que muchos pueden imaginar, especialmente cuando hacemos reflexiones sobre la vida, el trabajo y los fracasos que cada uno de nosotros comete. La mayoría de las personas no saben qué hacer con los errores en el entorno profesional. Hay quienes ocultan sus fracasos y también quienes les echan la culpa a otros para deshacerse de sus propias consecuencias. Pero ¿existe una manera mejor y más productiva de lidiar con los errores?

Es necesario entender que cometer errores es realmente algo común. Esto tampoco es una rareza en la vida profesional y la misma naturaleza humana nos pone en una posición para fallar y acertar. Sin embargo, es importante aprender a lidiar con los errores y ser capaces de hacer correcciones en nuestras acciones y tareas cuando los cometemos. Tenemos que ser conscientes de que estos errores nos indicarán que es necesaria una corrección, porque de lo contrario estos se convertirán en una rutina.

Existen varias situaciones, en las más variadas profesiones, en las que se producen errores por incumplimiento de tareas obligatorias. Hay protocolos y métodos enseñados y adoptados por las empresas que deben ser utilizados. Requieren un razonamiento y operación preformateados y disminuyen o eliminan las posibilidades de errores. El gran problema es que a algunas personas les gusta huir del protocolo y actuar a su manera, lo que facilita la ocurrencia de fallas.

Es común que quien falla quiera esconder el error e incluso ocultar a sus compañeros por sus propios errores. Todas las personas tienen o sienten la necesidad de protegerse de la revelación de sus errores. Sin embargo, tercerizar los errores y evitar el castigo culpando a otra persona muestra una falta de carácter y de refuerzo de los valores universales, como la ética. 

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No admitir un error también puede suceder cuando prestas atención a un consejo equivocado de un colega. La persona con la que tienes que hablar es tu coordinador, tu superior, que es la persona que te coordina y suele tener más experiencia que tú. Es esa persona con la que tienes que reportarte. Es ella quien tiene la responsabilidad de hacer las correcciones y guiarte. 

El error en el trabajo incluso puede desencadenar malestar en el equipo y llegar al conocimiento del cliente. Dependiendo de la importancia del trabajo, incluso puede poner vidas en riesgo. Otro factor es que las personas no quieren cometer errores o mostrar sus errores, a menudo para no ser objeto de críticas públicas y reprimendas frente a colegas, aunque hay situaciones en las que esto debe hacerse para evitar que el error se reproduzca en el futuro. El contexto dictará cómo se aborda la situación. A veces, si una persona comete un error, es necesario que todos estén alertados. 

Sin embargo, uno no debe entrar en pánico cuando incurre en un error. El pánico es el miedo a una situación futura que puede o no suceder. Hay quienes imaginan que el jefe llamará su atención frente a todos, que perderán su trabajo si hacen una operación incorrecta o si desagradan a un cliente, incluso si no es intencional. Lo peor de estos tiempos es que muchos confunden las situaciones corporativas con las personales. Cuando esto sucede, todos se convierten en tu enemigo y tus errores serán los clavos que se colocarán en tu cruz. 

Cuando cometemos errores tenemos que centrarnos en la solución del problema. Si cometemos errores, también tenemos la inteligencia para aprender del error y no repetirlo. Las personas tienen que empezar a estar seguras en lo que están haciendo y confiar en su capacidad para aprender de sus errores. Uno de los aspectos más importantes a la hora de trabajar es que tengamos compromiso. En este caso, incluso podemos cometer errores, pero no a propósito. Cualquiera que cometa un error a propósito está saboteando su propio trabajo y eso es inaceptable.

Congreso para el Éxito

Ya sea que se trate en tu trabajo o emprendimiento, aprender de los errores es esencial para salir adelante. Muchos no tienen la fuerza para hacerlo precisamente porque su naturaleza les impide hacerlo. Sin embargo, es posible lograr este cambio y alcanzar el verdadero éxito en tu vida.

Por eso, el Congreso para el Éxito es la oportunidad para empezar a trabajar en ti, cambiar tu visión de la vid a la luz de la Palabras y usar tu fe para conquistar cada meta.

Te esperamos todos los lunes en el Templo de los Milagros: Av. Revolución # 253, col. Tacubaya. O bien, en la Universal más cercana a tu domicilio.

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