¿Perdono, pero no olvido?

Perdonar es una acción necesaria para que cada individuo tenga paz interior. El pasado domingo 21 de abril, durante el Santo Culto, el obispo Franklin Sanches explicó que guardar sentimientos negativos en contra de alguien forma un cáncer en el alma y va matando poco a poco a la persona, espiritualmente hablando. La cuestión es que no todos reconocen con facilidad que guardan un odio o rencor, pero hay una señal que nos demuestra si realmente hemos perdonado o no de verdad.

El cáncer del alma

«Mientras cargue un sentimiento en contra de alguien, por mínimo que sea, este será un instrumento de satanás para robarle la paz. Lamentablemente, por orgullo, las personas se rehúsan a perdonar pensando: “es que la otra persona me dañó, ella me tiene que pedir perdón” […]. Entiendo las razones por las que carga ese sentimiento, pero solo le perjudica a usted y no a la otra persona.

Siempre digo que el resentimiento, el rencor y el odio son iguales a un cáncer: si la persona no toma la decisión de extirparlo, ese cáncer la va a matar. Usted lo sabe, si el cáncer no es arrancado, se ramifica y se propaga en otros órganos […]. Así debe ser con esos sentimientos, si no los arranca, estos irán aumentando, amargando su vida e irán absorbiendo toda su alegría. No vale la pena conservar eso en su interior […]. Extirpe ese “cáncer”, aunque duela, es mejor eso a que le mate», explicó.

La señal de que no ha perdonado

Para algunas personas no solo es difícil otorgar el perdón, sino también reconocer que guardan algo en contra de alguien. El obispo describió que uno puede darse cuenta de esto con la reacción que tenemos cuando escuchamos el nombre de ese alguien que nos perjudicó.

«Si escucha sobre esa persona, inmediatamente piensa en lo malo de ella porque tiene un preconcepto forjado: “esa persona es mala, es mentirosa, engañadora, hipócrita…”. Ahí muestra que tiene ese “cáncer” interior. No lo tome a la ligera, es un “síntoma” y tiene que sacar eso», refirió.

Cuando uno no perdona, el sentimiento negativo va matando espiritualmente, incluso a personas que lleven años dentro de la iglesia. «Usted va perdiendo fuerzas, las ganas de ir a la iglesia, de orar, de leer la Biblia, de buscar a Dios… ¿Y sabe qué es peor? Quien está contagiado de ese sentimiento, va a contagiar a otros […]. Algunos dicen: “perdono, pero no olvido”. Es verdad, uno nunca olvidará el mal hecho, pero tras perdonar, los recuerdos ya no hieren, no hay ningún tipo de sentimiento en contra de la persona y puede hablar con ella», agregó.

Muchos creen que este acto es imposible de realizar, sin embargo, diariamente cometemos pecados, ¡y Dios nos perdona de absolutamente todos! (Lea Mateo 18:23-34). Por eso Él espera a cambio que perdonemos a los demás, que les demos misericordia. Incluso el Señor Jesús perdonó a quienes lo mataron y traicionaron. Tal vez piense: «Ah, pero se trata de Dios». Pues bien, la Biblia registra otro caso:

«Al oír esto, se sintieron profundamente ofendidos, y crujían los dientes contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios; y dijo: “Veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios”. Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos se lanzaron a una contra él. Echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearlo; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo. Y mientras lo apedreaban, Esteban invocaba al Señor y decía: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Cayendo de rodillas, clamó en alta voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado». Habiendo dicho esto, durmió”.» (Hechos 7:54-60).

«Cuando perdono con todo mi corazón, mi alma se libera. Yo aprendí eso, prefiero tener buenos ojos y mantener mi corazón limpio. Si la persona me traiciona y se aprovecha de mi buena voluntad, ella es quien le rendirá cuentas a Dios […]. No se preocupe, perdone a esa persona y nunca le desee el mal, ore por ella: “oh, Dios, ten misericordia de esa persona. Jesús, perdóname, así como yo la perdoné, perdónala también”. Eso le dará paz. Sabe lo que está dentro de su corazón; perdone antes de que eso le dañe», finalizó.

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