En este mundo, todo es por lo mientras
Sí, el matrimonio es un paso importantísimo en la vida. Afectará su presente y su futuro. Es más, puede definir su eternidad.
Entonces, si ya tiene un compañero(a) de vida, cuídelo, si no lo tiene, cuidado, mucho cuidado con quien se unirá.
Para los casados: ámense, ayúdense, perdónense, apóyense, abrácense, cuídense, despéinense…
Para los solteros: estén completos aun solos. Sean felices sin lamentaciones. Sean cultivadores de la libertad que poseen para servir intensamente en lo que elijan. Cuando los solteros anclan su alma en Jesús, ellos jamás se sienten tristes y desanimados.
Y para todos: al final de esta vida, todos seremos «solteros», pues solo tendremos a Dios, como nuestro Marido. Anhelamos la gloria de ver a la Novia (la iglesia) unirse con su Novio en las Bodas del Cordero.
Entonces, en este mundo, ¡todo es por lo mientras! No lo olvide, ¡¿está bien?!
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