¿Cuál es el motivo de mi existencia?

Hay un deseo común que tiene el ser humano de sentirse realizado y pleno. Y, para alcanzar eso, generalmente, las personas hacen de su razón de vivir el éxito en la profesión, en la relación amorosa, en la familia, en otras áreas de la vida.

No obstante, el verdadero motivo por el cual nosotros vinimos al mundo es glorificar a Dios.

Motivo de nuestra existencia y el centro del universo

Como el apóstol Pablo señala: «Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.» (1 Corintios 10:31).

Este versículo es importante. Porque responde el motivo de nuestra existencia. Esa gran duda de la humanidad, esa cuestión que muchas personas cargan en su interior: «¿Por qué existo? ¿Por qué nací? ¿Cuál es motivo de la vida? ¿Por qué vine a este mundo?». Este versículo responde en parte este cuestionamiento. Porque nosotros nacemos para glorificar a Dios. Yo sé que el discurso secular, que fue inflamado por el mal, es ese discurso de autoayuda que ha sido propagado en todas las películas, en las universidades, de que el hombre es el centro del universo, que el hombre tiene que satisfacer sus propias voluntades, que la persona debe buscar su satisfacción. Y, hoy, en nombre de eso, las personas hacen cosas horribles, porque quieren satisfacerse, quieren seguir las coordenadas de su corazón.

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Nuestra función

Este pensamiento que pone al ser humano en el centro del universo es peligroso, incluso para los cristianos. Porque, en lugar de que una persona sirva a Dios, ella desea ser servida.

Eso muestra que toda nuestra vida debe ser para glorificar a Dios. Por lo tanto, Él no existe para satisfacernos, como muchos piensan. Nosotros existimos para glorificarlo. Dios no existe por nuestra causa, sino que nosotros existimos para Él.

Por lo tanto, si nosotros deseamos la verdadera paz interior, tenemos que someter nuestra vida a las enseñanzas del Altísimo, tenemos que ponernos en el centro de Su voluntad en obediencia leal.

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