El refugio perfecto

“Dios jamás permitirá que sufras daño alguno. Dios te cuida y nunca duerme. ¡Dios cuida de Israel, y nunca duerme!” (Salmos 121:3).

¿Alguna vez te has visto involucrado en una situación de envidia? Tal vez ya tuviste tu propio negocio, pero lo perdiste, de pronto te quedaste sin clientes, las ventas bajaron y por más que le das vueltas al asunto, ni siquiera sabes por qué se desmoronó si todo estaba bien.

Aunque la envidia es uno de los sentimientos más dañinos que pueda tener el ser humano y causa desastres en su víctima, hay una forma de librarte de ella.

Tal y como dice el versículo de arriba, Dios es nuestra alternativa para estos casos, Él es nuestro refugio, fortaleza y nos guarda de las envidias.

Cientos de personas que participan en el Congreso para el Éxito han contado que incluso antes de llegar, eran exitosos y que de la noche a la mañana se quedaron sin nada, pero que asistiendo a las conferencias, con el tiempo fueron recuperando lo que habían perdido.

Ya sea en el trabajo con un puesto importante, con tu empresa o negocio, no importa el lugar en donde estés, cuando hagas de Dios tu roca estarás bajo resguardo de sentimientos destructivos y no habrá problema que pueda derribarte.

Su situación dio un vuelco hacia el lado positivo

“¿Quién iba a decir que participar en el Congreso para el Éxito me iba a dar la pauta para dejar de ser fracasado en el ámbito económico?

Algunas personas encuentran trabas al buscar empleo por la poca preparación que tienen, mi caso era lo contrario, por ser un profesionista nadie me quería contratar por mi edad o porque decían que no me podían pagar lo que merecía, así que decidí poner un negocio con poca inversión, pero ni un cliente llegaba.

Llegué a la Universal sin esperanzas ni sustento para darle de comer a mis hijos. Con el tiempo, aprendí a usar la fe para darle un vuelco a mi situación. A raíz de que mi negocio prosperó, he estrenado autos, las puertas se me han abierto y hasta tengo gente a mi cargo. ¡Ya no tenemos ningún límite!

Todo cambió positivamente con la correcta dirección de Dios”, Sergio Alcocer.

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