¿Cuánto dura el amor?

Científica mexicana aseguró que el amor solo dura cuatro años

¿Quién nunca idealizó amar o que lo amen de forma pura, sincera, intensa, desinteresada? ¿Quién nunca deseó encontrar a alguien que sea capaz de dar todo, con tal de vivir un «felices por siempre»?

Para diversos especialistas, tales sensa­ciones no son más que meras consecuen­cias de los cambios químicos en el cerebro. Georgina Montemayor, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Au­tónoma de México, tomó como base esa idea y, años atrás, reveló los resultados de su estudio, donde afirmó que físicamente el amor dura solo cuatro años.

«Se entra y sale de ese estado porque el cerebro no podría resistir tal intensidad si se mantuviera así todo el tiempo. Lo asombroso es que el encéfalo se acostum­bra a las sustancias liberadas, por lo que, en su caso, está a la espera de que alguien inicie este proceso».

¿Otra persona?

Haciendo frente a las afirmaciones de Georgina, están las del Dr. Enrique García Huete, experto en psicología clínica, quien afirma: «Hay diferentes tipos de enamora­miento y hay que diferenciar el amor-pa­sión del amor-estable y de convivencia. Si es solo amor-pasión, la duración no es de más de 4 años, mientras que, si es un amor de convivencia y responsable, la relación puede alargarse en el tiempo e indefinida­mente».

Por otro lado, el experto en matrimonio y relaciones de pareja, Renato Cardoso, quien ha asesorado a miles de matrimo­nios en todo el mundo, explica: «el amor es más que un impulso, es una decisión. Podemos enamorarnos otra vez de la mis­ma persona con quienes estamos casados hace décadas si así lo decidimos, si traba­jamos en ello. Si como maridos (o esposas, dependiendo el caso) volvemos a amarlas y a distinguirlas entre las demás, como antes. Eso nos separa de los animales, el poder elegir los impulsos… y mire que, aún así, hay varias especies naturalmente mo­nógamas».

Da cariño, te sentirás mejor

Diversos estudios alrededor del mun­do han revelado que dar cariño mejora la salud, aumenta el índice de longevidad y mejora las habilidades del cerebro. Esto de acuerdo a investigaciones de las universi­dades de Duke y de California en Estados Unidos; también la Universidad de Bristol, en Reino Unido, ha confirmado los hallaz­gos en esa línea.

Si tú quieres curar las heridas de tu alma y encontrar el amor verdadero, ese que siempre soñaste, pero nunca has vi­vido, acércate a cualquier Universal para que, por tu fe, sea posible. Te esperamos.

Un cariño de verdad (hacia tu pareja, amigo o familiar) puede:

• Aumentar tu tiempo de vida, según la revista Journal of Epidemiology and Community Health.
• Hacerte sobrevivir ante una enfermedad grave, Universidad de Duke (Esta­dos Unidos).
• Evitar que comas de más, según la revista Annals of Behavioral Medicine.
• Mejorar tu aprendizaje, Universidad de Chicago.
• Disminuir el dolor, según la revista Psychosomatic Medicine.

Después de 32 años, volvió con su esposo

«Tuve una infancia muy difícil. En la adolescencia, conocí al padre de mis hi­jos. Mi matrimonio fue de 1 año de felici­dad disfrazada: él era alcohólico, me mal­trataba física, moral y económicamente, me mandaba al hospital inconsciente. Además, en casa encontraba trabajos de brujería.

Nos separamos y me llevé a mis hijos, pero me los quitó. Estuvimos distancia­dos durante 32 años.

Me quedé en la miseria, pedía pres­tado ropa y dinero y hacía pulseras para vender en las calles, a veces lograba ven­der una por día a 10 pesos. Para comer, compraba huesos de pollo. Por si fuera poco, me diagnosticaron hernia hiatal, colitis, parálisis facial. Fumaba 100 ciga­rros al día, conseguirlos no era tan difícil como comprar alimento.

Busqué apoyo en trabajos de brujería, incluso me hicieron limpias y me bañé con sangre. Pero tuve sueños que me atormentaban.

Una noche antes de intentar suicidarme, mi hermana me dijo que asistiera a la Uni­versal. No quería ir, pero cuando lo hice y oramos, tuve una gran alegría. Dios inyectó vida en mí. Conforme iba a las reuniones, notaba que mi salud estaba mejorando. Luego, mi situación financiera se fue resol­viendo, tuve los ingresos, incluso, para via­jar al Templo de Salomón, en Brasil.

Sentimentalmente hablando, me re­concilié con mi esposo después de tantos años. Él dejó los vicios y es una persona amorosa conmigo. También, Dios me dio fuerza para dejarlos y, por ningún motivo, he vuelto a pensar en el suicidio, pues soy feliz.» -Teresita Reyes

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