Belleza a todo costo: adicción a las cirugías

Cuando pensamos en adicciones, normalmente se piensa en sustancias químicas, pero actualmente, hay de dos tipos, las de estupefacientes y las comportamentales, como los juegos de azar, el café, la adrenalina, las compras, los videojuegos, etc.

«Las adicciones comportamentales tienen que ver con situaciones relacionadas a una conducta gratificante que la persona no puede suspender porque hacerlo le produce malestar, como si estuviera abstinente de una sustancia, y la tiene que repetir, como una conducta recurrente, compulsiva.», Mencionó Christian Gabriel Toledo Lozano, de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En ese sentido, aquella conducta frecuente termina generando daños en diversas áreas de su vida, porque empieza a abandonar sus actividades cotidianas, pues ya no tienen control, toda su atención se encuentra en esa única actividad.

Espejito, espejito

Una de las problemáticas que han surgido en los últimos tiempos es la normalización de los procedimientos estéticos. Hay para todos los gustos, desde tratamientos con ozono, luces, cremas e inyectables, hasta procedimientos invasivos en donde se corta el hueso, se agregan placas, silicones, o se retiran partes del cuerpo, todo en pro del cuerpo perfecto.

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Si bien en muchos casos las cirugías son en beneficio del paciente como, por ejemplo, alguien que nace con labio leporino o paladar hendido, o con el tabique desviado. Muchas otras resultan en simples deseos vanidosos.

El hábito extremo de realizar procedimientos estéticos puede transformar el deseo de mejorar tu apariencia física, en un constante desprecio a tu imagen corporal. Muchas personas terminan saliendo de una cirugía, de otra y otra, como si fueran al super, viven buscando las nuevas tendencias para «mejorar» su apariencia; constantemente piensan en ir con su cirujano, su placer está en realizarse esos procedimientos, pero sin medir las consecuencias. Como resultado, la persona termina con su cuerpo desfigurado y con la autoestima arruinada, pues en algunos casos las secuelas son irreversibles.

Trastorno dismórfico corporal

El TDC es un padecimiento mental en el cual la persona no puede dejar de encontrar defectos en su cuerpo, vive preocupada por su apariencia al darle un valor excesivo a pequeñas imperfecciones que muchas veces solo ella percibe. Como consecuencia, más allá de una baja autoestima, también afecta sus relaciones sociales, trabajo, escuela y hasta su familia. Debido a esto, terminan tomando antidepresivos y recurriendo a tratamientos psicoterapéuticos.

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Algunos de los signos y síntomas son:

• Preocuparse demasiado por alguna parte de su cuerpo.
• Sentirse feo o deforme debido a algún defecto.
• Buscar constantemente cómo arreglar y ocultar sus defectos: cirugías, maquillaje, ropa.
• Comparaciones constantes con la apariencia y cuerpo de los demás.
• Buscar en los demás la validación de su apariencia.
• Satisfacción momentánea de los procedimientos estéticos, para pasar a sentirse insatisfecho y frustrado.

Una nueva mirada

El ser humano no fue creado en un molde, fuimos hechos por las manos del propio Dios, a su imagen y semejanza (Génesis 1:26). Él siendo un Dios perfecto, ¿existe la posibilidad de que Él cometa un error?

Siendo así, busca observarte de forma diferente, mira más allá de lo que es visible, de lo estético, mírate como Dios te ve.

«El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el SEÑOR mira el corazón.» (1 Samuel 16:7)

Cura de los Vicios

Si estás buscando una alternativa para luchar contra este u otros problemas en el área de las adicciones, contamos con la reunión de la Cura de los Vicios todos los domingos a las 4 p. m., para que por medio de tu fe puedas vencer y alcanzar el milagro en tu vida y la de tu familia.

Te esperamos en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya, CDMX. O consulta la dirección de la Universal más próxima a tu domicilio haciendo clic aquí.

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