Un nuevo espíritu

Nadie quiere ser malo, maltratar a su pareja o hijos, tener un carácter agresivo, etc., pero muchos no logran cambiar a pesar de sus esfuerzos. También está el caso de una madre o esposa que llora o incluso recurre al chantaje emocional buscando que su ser querido reaccione y deje las adicciones o cambie su carácter. Sin embargo, al ver que todo esfuerzo no funciona, en ambos casos las personas involucradas terminan cansadas y desanimadas, ya que no pueden cambiar a otros ni a sí mismas.

No obstante, durante el Santo Culto del pasado 18 de junio, el obispo Franklin Sanches reveló que sí hay modo de cambiar. El Espíritu Santo es el único que puede trabajar en la mente de las personas y transformarlas, pero lograrlo requiere de un proceso ordenado.

«Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. […] Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre» (Ezequiel 36:25-31).

1.  Corazón nuevo

El obispo explicó que el agua mencionada en el pasaje bíblico es la Palabra de Dios, y «cuando es “rociada” en nuestra cabeza, empieza a cambiar nuestros pensamientos, es decir, cambia nuestra mentalidad. Muchos dicen que tienen un corazón lleno de amargura y resentimiento, están heridas por un mal que les hicieron y no logran perdonar. Esto hace que tengan un corazón triste. Pero el Espíritu Santo tiene el poder de quitarle ese corazón abatido, resentido y vengativo. Dios promete darle un corazón nuevo, uno que perdone y que tenga paz; además, Él le enseña a amar».

2. Espíritu nuevo

La razón por la cual Dios no puede actuar en la vida de las personas es precisamente porque no tienen poder de reacción frente a las situaciones. En otras palabras, el espíritu humano conformista, resignado, derrotado, miedoso, entre otros, impide la acción divina:

«Hay quienes tienen miedo de invertir por temor a que las cosas salgan mal; carecen de iniciativa para hacer algo porque no poseen estudios ni la edad, y por eso son acomplejadas y se sienten inferiores. O bien, incluso pueden tener preparación y título, pero son inseguros. Siendo conformistas, ¿qué puede hacer Dios? Si la persona no cambia su manera de pensar, no cambiará su manera de vivir. Eso sucederá cuando Él le dé un espíritu nuevo, es decir, cambie su mentalidad», agregó el obispo.

3. Espíritu Santo

Con el cambio de corazón y de espíritu, Dios coloca el Espíritu Santo en la persona. Así, uniendo sus conocimientos con el Espíritu Santo, la persona podrá ser la mejor en el ámbito en el que se desenvuelva. Pero no solo eso, el obispo explicó que, para lograr que Dios cambie otros aspectos, como la familia, es importante empezar por uno mismo: «primero debo buscar ese cambio para mí, ese corazón y espíritu nuevo; de ese modo, el Espíritu Santo tomará el control de lo demás. Pero mucha gente va de atrás hacia adelante, ahí comienza mal. Es como querer construir un edificio a partir del último piso».

El Espíritu de Dios nos hace obedecer la Palabra y, una vez haciendo eso, comienzan a venir las bendiciones. «Entonces, trabaje sobre eso. Pídale a Dios un corazón y un espíritu nuevo. Si ya no quiere ser quien ha sido, dígaselo al Espíritu Santo. Él cambiará su espíritu y, lo mejor, colocará Su presencia dentro de usted», finalizó.

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