¿Qué tan destructiva puede ser la envidia?

Desde la propia experiencia de María de Lourdes Elsa Alarcón, es tan terrible que tiene la capacidad de quitarle a una persona las ganas de vivir. 

«Fui víctima de brujería y envidias. Yo era una cantante que estaba saliendo adelante en lo que hacía, pero lo que estaban haciendo espiritualmente en mi contra, me trajo problemas en cada aspecto de mi vida. Me sentía deprimida, sola, sentía un dolor interno y tenía un carácter demasiado fuerte que me trajo problemas con mis familiares y amistades», comentó. 

Al respecto sobre esto, el obispo Edir Macedo explica que la acción de este mal comienza tan solo con una mirada, con desear lo que tiene el otro: «Tratándose de este sentimiento, no es común ni una cosa simple, mucho menos es normal. De hecho, es síntoma de una perturbación maligna, tanto de parte del envidiado como de la persona envidiosa». 

Las consecuencias que experimentó Elsa aumentaron con el paso del tiempo: «casi no salía porque la depresión hizo que me encerrara en mi mundo, no quería saber de nadie. Dejé de cantar, no tenía modo de sustentarme y un vecino me daba de comer. Mi punto más bajo fue cuando me dio esquizofrenia. Fue devastador saber que me iban a meter a un hospital psiquiátrico». 

Lee también: «Me casé y surgieron las envidias» 

En el peor momento de su vida, fue cuando ella conoció el lugar que le enseñó el secreto para arrancar el mal de raíz y recibir la protección contra el mal. El obispo Macedo explica que «cuando uno recibe el Espíritu de Dios, se vuelve inmune al mal de ojo, a la brujería, hechicería, envidia… Es inmune a todo lo que el mal tiene contra ti. Una vez con el Espíritu de Dios, vives con paz en tu interior, no le tienes envidia a nadie porque ya posees al Todopoderoso». 

Ese fue el proceso de Elsa. Ella estuvo participando en las reuniones de Liberación Espiritual, usando su fe en cada propósito para expulsar al mal de su vida. «Perseverando, empecé a ver la luz después de tanta oscuridad. Lo más importante fue recibir el Espíritu Santo. Me despojé de todo mi pasado, busqué Su presencia y, finalmente, Lo recibí. 

Ahora mi vida está extraordinariamente bien. No tengo miedos ni inseguridades. Vivo en paz y segura porque Él me protege. Considero que ir a las reuniones de los viernes es importante, porque muchos no tienen idea de cuánto mal nos rodea, pero siempre hay remedio; en medio de este mundo oscuro es posible encontrar la luz. Y claro, es importante ir los domingos, porque uno busca la presencia de Dios, es el arma más poderosa que hay para enfrentar todos los males que hay en este mundo. Por eso, aconsejo buscar Su Santo Espíritu, pues con seguridad te puede orientar día con día. Para tus problemas hay solución, eso fue lo que pasó conmigo cuando creí que no iba a poder salir», finalizó. 

Viernes de Liberación Espiritual

Es por eso que todos los viernes se lleva a cabo un encuentro cuyo propósito es ayudar a las personas que están siendo perjudicadas en uno o varios aspectos de su vida por una maldición y no consiguen tener tranquilidad.

No dejes pasar más tiempo y participa en la reunión de liberación espiritual. Te esperamos, especialmente a las 7 p. m., en el Templo de los Milagros, ubicado en Avenida Revolución núm. 253, col. Tacubaya, en la Ciudad de México. Pero si te encuentras al interior de la República puedes consultar en este enlace la dirección de la Universal más cercana a tu hogar.

¡Participa en este encuentro!

(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.