Haz esto y estarás listo para el día malo

El ser humano es de carne y hueso, tiene sentimientos, no es una piedra. Cuando pasamos por una situación que nos sacude emocionalmente, es natural que sintamos tristeza, pero no es normal quedarse quieto, perder la razón de vivir o de luchar. Dios entiende nuestra humanidad y, por eso, compensa ese lado frágil, dándonos la fuerza, que es el Espíritu Santo. En la Biblia, vemos que Él demostró un cuidado especial hacia dos grupos de personas afectadas por la muerte de un ser querido: los huérfanos y las viudas (Santiago 1:27). Eso muestra que Dios conoce el dolor de aquel que pierde a un padre, una madre, marido, esposa o hijo.

Él mismo perdió a Su Hijo. Jesús tuvo que morir y su Padre sintió dolor. Entonces, Dios sabe cuál es el dolor que las personas sienten y compensa eso dándoles el Consolador a aquellos que creen. Uno de los papeles del Espíritu Santo es consolar, es decir, cuando se tiene al Espíritu Santo, Él consuela e inmediatamente llena el lugar dejado por aquella persona o algo que fue perdido. Por lo tanto, uno siente dolor, pero este no se prolonga ni te quita tus motivos para vivir.

Independientemente de que hayas sufrido el luto o no, en algún momento todos vamos a perder a nuestros seres queridos. En la vida ganamos, pero también perdemos. Por eso, tenemos que estar preparados para el día malo, como el día de la pérdida de alguien, y la única forma de estar preparados es con el Espíritu Santo, porque con Él podemos perder todo y a todos, pero no perderemos la esperanza, la convicción, la paz y la fuerza para proseguir.

Aunque no hayas sentido aún el dolor del luto y de la pérdida, la oportunidad de vivir el día malo es grande. Entonces, siempre tienes que cuestionarte a ti mismo si tienes algo o a alguien que no sea Dios ocupando el primer lugar en tu corazón. Si Él no es el primero, no vas a lograr lidiar con la pérdida de eso o de aquella persona que ha ocupado ese lugar.

¿Qué sucedería si perdieras algo valioso en tu vida o a alguien? Si sientes la piel de gallina de solo pensarlo, entonces, es señal de que necesitas hacer un ajuste, una reorganización de tus prioridades. Pon a las personas y las cosas en sus debidos lugares.

También te puede interesar: Grupo Caleb lucha contra el mal de muchos abuelitos