La fe que Dios espera

La fe que Dios espera

Por Departamento Web 2

«Las personas por religiosidad creen que fe es creer en Dios. “No, yo tengo fe porque creo en Dios”, “yo tengo fe porque voy a la iglesia”, “yo tengo fe porque rezo, yo oro”, pero esto no es verdad, la fe dentro de los patrones bíblicos no tienen nada que ver con esas ideas ni con lo que yo sienta», señalaba el obispo Franklin Sanches durante el Santo Culto del pasado domingo 28 de abril.

Comparando la fe con los 5 sentidos que tiene todo ser humano, el obispo explicaba que cada sentido funciona de manera independiente, de tal manera que uno no necesita escuchar para ver, oler para sentir, ver para escuchar, etc. Y de la misma manera es la fe, que podríamos considerarla un 6º sentido, para tener fe no se necesita sentir o ver para creer, pues ella no funciona así, sino que se sustenta en la obediencia a la Palabra de Dios; eso es la fe bíblica.

«Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que recompensa a los que lo buscan.» (Hebreos 11:6).

Es decir, nos acercamos a Dios porque creemos que Él existe, no porque Lo sentimos. «Por ejemplo, en este momento yo no siento ni veo a Dios, pero creo que Él está aquí. Pero ¿de dónde proviene esa creencia? De lo que está escrito; Él dijo que, si estuvieran 2 o 3 reunidos en Su Nombre, Él estaría», añadió el obispo.

Además, recalcaba que la fe en lo que está escrito es justamente la que Él espera. Y cuando las creencias y la fe de una persona se fundamentan en la Palabra de Dios, simplemente obedece sin importar lo que digan los demás o lo que ella sienta.

El obispo usó el perdón para ejemplificar esto a través de la práctica del perdón, pues muchas personas tienen dificultades para hacerlo debido a sus sentimientos, pero cuando ellas tienen una fe bíblica saben que el Señor Jesús dijo que, si nosotros perdonamos las ofensas de los demás, también el Padre nos perdonará (lea Mateo 6:14).

«Usted no puede poner la Palabra de Dios en el mismo nivel de lo que dice la tradición religiosa. No puede hacer eso. No importa lo que diga la religión, lo que importa es lo que está escrito […]. La fe verdadera es la que me hace obedecer lo que está escrito. Aunque eso va a contrariar mi familia y va a contrariar a mis amigos […]. Entonces, yo voy a seguir lo que está escrito. La fe es eso, voy a obedecer, aunque contraríe toda una tradición o toda una ideología de este mundo. No importa, yo voy a obedecer. Eso es fe y es esa clase de fe que Dios quiere de mí», comentaba.

«Por la fe Noé, siendo advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor reverente preparó un arca para la salvación de su casa, por la cual condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe.» (Hebreos 11:7).

Aunque no veía ni oía la lluvia, Noé Le creyó a Dios y Lo obedeció. Esta es la verdadera fe, obedecer incondicionalmente la Palabra, sin importarse con nada más. Aunque a la persona le cueste trabajo hacerlo, sabe que esto trae una recompensa eterna.

«Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba.» (Hebreos 11:8).

Abraham era el heredero de su padre, tenía una vida estable y próspera, y con 75 años era avanzado de edad, pero cuando Dios habló con él, obedeció sin importar lo que su padre, familia o amigos dirían, simplemente tomó sus cosas para ir a un lugar que no sabía en dónde estaba porque el Señor solo le dio Su Palabra. Esa es la fe bíblica.

«Si usted quiere tener esa vida feliz que tanto sueña, esa vida plena y bendecida viene a través de la fe en la Palabra. Cuando usted decide, “yo voy a obedecer, aunque sé que va a costarme, no importa, pero voy a hacerlo, en ese momento el Espíritu Santo viene sobre usted. Así como ocurrió con Abraham, pues fue el Espíritu de Dios el que lo guio hasta la tierra prometida. Fue el Él quien guardó a Abraham de sus enemigos y lo libró del mal. Fue el Espíritu Santo quien lo bendijo toda su vida porque él aprendió esta fe, esa obediencia incondicional. ¿Dios lo dijo? Ya está, no hace falta otra opinión ni preguntarle a nadie, voy a hacer lo que Él dijo», finalizó.

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