Ponte al corriente: la novela Jesús sigue asombrando con cada escena

Este éxito internacional continúa atrapando a los televidentes. Así que si por alguna razón no pudiste verla esta semana (o quieres ponerte al corriente para empezar a sintonizarla), te resumimos los acontecimientos más importantes.

Consecuencias…

Por orden de Pilato, los soldados romanos comienzan la búsqueda de Ami, tío de Malco —soldado de Caifás—. Por lo que se dirigieron al Templo para preguntarle al sobrino sobre el paradero de su tío, pero este no les dijo realmente en dónde se encontraba.

Después de esto, Malco fue con él de inmediato y vio que estaba en estado de ebriedad y con una prostituta. Su sobrino le avisó que lo estaban buscando por las monedas que tomó engañosamente de Helena, hija de Pilatos, y Claudia, la esposa. Aquello le hizo recordar lo que Jesús le dijo después de haberlo sanado: «No peques más para que no te acontezca nada malo» (Juan 5:14).

Legado que pasó a la historia

Mientras tanto, surge una nueva iniciativa de parte de los discípulos al acercarse a Jesús pidiéndole que les enseñara a orar. Al escuchar esto de parte de ellos, Él se alegró y les dijo: «Cuando quieran orar, entren a su habitación, cierren la puerta y hablen con el Padre en secreto, no lo hagan repitiendo vanamente; muchos piensan que entre más hablen más serán escuchados. El Padre sabe lo que ustedes necesitan, pero Él escucha en lo secreto y recompensa en público» (Lucas 11:1-4).

Una vez diciendo esto, uno de Sus discípulos preguntó qué es lo que tenían que pedir cuando estuvieran orando. Fue entonces que Jesús les dejó de legado la oración del Padre Nuestro, mostrando cómo es que tenían que decirla; refiriéndoles también lo que tenían que hacer cuando ellos ayunaran: «Unjan su cabeza, laven su cara, para que no parezca que están ayunando. El Padre que observa en secreto te recompensara públicamente.» (Mateo 6:17-18).

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Misión que no para

Al caer la noche, Él no paró con la misión y estuvo preparando a Sus discípulos hablando a través de parábolas: «¿Quién de ustedes teniendo un amigo que fuere buscando en medio de la noche diciéndoles: préstame tres panes ya que un amigo llegó de viaje y no tengo nada para ofrecerles; ustedes responden desde adentro: no molesten, pues la puerta está cerrada, mis hijos ya están dormidos y no puedo levantarme ahora? Por eso les digo pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá.» (Lucas 11:5-10).

La demanda de una señal

Uno de los maestros religiosos, líder de la sinagoga, llamado Simón, se le acercó a Jesús exigiendo una señal que mostrara que realmente Él era el Mesías. Pero ante todo esto, Simón ya había visto muchas señales dadas por Jesús, sin embargo, aun así, Él mostraba una actitud incrédula. Al escuchar, Jesús se negó a mostrar una señal puesto que ya había mostrado muchas ante los ojos de los religiosos, por lo que le respondió a Simón diciendo: «Una generación perversa y adúltera demanda señal, y ninguna señal se le dará, sino la señal de Jonás el profeta; porque como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.» (Jonás 1, 2 y 3; Mateo 12:41-42).

Simón el Fariseo, al escuchar estas palabras de Jesús y ver que el pueblo se estaba alborotando en su contra, salió huyendo de aquel lugar.

El caso de Magdalena

María Magdalena, después de tanto tiempo, regresa al palacio pidiendo la ayuda de Petronio. Al llegar, el centurión la lleva con Pilato mostrando que ella había regresado, pero en un estado físico deplorable, por lo que le dieron en seguida todas las atenciones de higiene. En su interior, había una preocupación, pues sabía que no tenía el control de su cuerpo ni de sus acciones, sino que lo tenían los 7 demonios.

Contra la tormenta

Montado en una barca, Jesús habló en medio de una gran multitud sobre la parábola del trigo y la cizaña: «El Reino de los Cielos es parecido a un hombre que dejó sembrado buenas semillas en su campo, pero cuando los hombres durmieron, el enemigo sembró cizaña y se retiró. En el día de la siega, él les dijo a los segadores que juntaran primeramente la cizaña y la quemaran, y el trigo lo recogió para llevarlo a su granero.» (Mateo 13:24-30).

Así transmitió el mensaje de que el bien y el mal en un momento pueden parecerse y crecer juntos, pero en un determinado tiempo, se revela cuál es cuál.

Luego de hablar con el pueblo, Jesús y Sus discípulos comienzan su viaje hacia Gerasa, otra tierra para continuar la misión, adentrándose así en altamar; pero uno de los hechos más marcantes para los discípulos comienza en este viaje: vino una gran tormenta sobre ellos, por lo que quedaron preocupados y despertaron a Jesús, quien estaba durmiendo y, al despertar, el calmó las aguas (Mateo 13:24-30 y Lucas 8:24).

Sintoniza

Separa un tiempo y no te pierdas los detalles de esta increíble historia. Sintonízala en UNIFE, canal 8.3, de lunes a viernes a las 10 p. m. También ya puedes verla en el streaming del sitio.

Y recuerda: todos los domingos, a las 8 p. m., podrás ver el resumen semanal.

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