Participe en este gran propósito de oración que empezará el 1 de septiembre

Será en el Templo de los Milagros y en todas las Universal del país

Por medio del capítulo 6, comprendemos el tamaño del poder de Dios en la vida de los que son fieles.

En aquella época, alrededor de cinco siglos antes de Cristo, un rey poderoso llamado Darío dominaba un territorio muy grande. Y con esto, surgieron muchos problemas.

Para ayudar en esta tarea, Darío nombró a tres ministros, además de 120 gobernadores. Uno de los ministros era el profeta Daniel. Él era un noble hebreo muy inteligente que trabajaba en el palacio desde su juventud, cuando estuvo en cautiverio.

Sin embargo, Daniel despertó inmediatamente la envidia de los demás líderes del gobierno. Quizá dijeron entre sí: “¿Cómo es posible que un prisionero que vino de otro pueblo nos dirija?”. No tardó mucho para que ellos tramaran algo en contra del ministro hebreo.

Daniel confiaba en Dios

No obstante, Daniel tenía un buen comportamiento y huía de lo que estaba mal. Debido a eso, los conspiradores decidieron atacar su fe en Dios. Pidieron que el rey decretara una ley que les impidiera a las personas orar durante 30 días.

Naturalmente, Daniel continúo con sus oraciones diarias y, así, los conspiradores lo entregaron para que el rey lo condenara a la cueva de los leones. A Darío le agradaba él. Por eso, intentó liberarlo de cualquier manera, pero no tuvo éxito. Sin embargo, el Dios al que Daniel servía lo salvó de los leones.

Entonces, una carta, escrita por el propio Darío, fue enviada para todo el reino exaltando la grandeza del Dios Verdadero: aquel que nunca será destruido y cuyo poder nunca tendrá fin.

Dios continúa vivo

El Dios de los tiempos bíblicos es el mismo en los días actuales. Dios es justo y Sus hijos son protegidos por Él. Los espíritus malignos o las personas malas incluso pueden desearle el mal que está bajo Su Justicia, como lo hicieron los conspiradores en contra de Daniel. No obstante, el Altísimo es celoso con respecto a Sus hijos.

El precio para quien desafía a la autoridad de Dios es la confesión de que es impotente, incluso cuando, aparentemente, tiene algún poder en manos.

No importa el tamaño de los “leones” que intentan consumir la vida de quien es de Dios. No importa el tamaño de la indignación de quien planea el mal. Dios siempre será el justo juez.

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Un poderoso propósito de oración

Con la intención de buscar el poder de Dios para nuestra vida, durante 15 días, en todas la Universal del país, se realizará un poderoso propósito de oración y súplica de rodillas por la justicia, en memoria del acto de Daniel. Reciba sin costo el tapete de oración en donde será posible escribir su problema y, por medio de su fe, logre la bendición divina.

Participe en la Universal más cercana a su domicilio, especialmente a las 9:30 a. m. Si reside en la Ciudad de México, asista en el Templo de los Milagros, en Av. Revolución núm. 253, Col. Tacubaya.