“Mi matrimonio fue marcado por agresiones, separación e infidelidad”

“Ya no recuerdo con tristeza esos 25 años sufriendo desde niña. Al contrario, Dios ha hecho en mi vida cosas extraordinarias, pero antes quiero contarles cómo empezó todo…

A raíz de que mi papá se enfermó y por todos los problemas que había, mi mamá buscó ayuda en templos espirituales. Al querer que yo siguiera sus pasos, me hice insegura.

El que hoy es mi esposo, me decía que dejara eso y para lograrlo me fui de mi casa. Creí que mi matrimonio sería diferente, pero él era desobligado, egoísta, todo nos faltaba y me hice adicta al cigarro. Quizá por eso mi hija nació con diversas enfermedades.

Aunque decidimos separarnos, como yo estaba deprimida le pedí que regresáramos, pero fue mucho peor. No hacía nada para salir adelante, me pegaba, me era infiel… ¡era un infierno!

La depresión era tan fuerte que reflejaba más edad de la que tenía y escuchaba voces extrañas, así conocí la Universal.

‘Hay esperanza para ti’, me dijeron y tenían razón. Aun sufriendo perseveré junto con mi hija por un cambio de vida y Dios nos contestó. Él me hizo ser segura de mi misma. Mi matrimonio es otro, mi esposo es responsable, amoroso. Mi hija sanó de todo, se le quitaron los complejos y de los vicios ni hablar, se acabaron.

Incluso, los tormentos espirituales se fueron. Ahora hasta financieramente hablando somos bendecidos. Vivo la vida que siempre soñé”. Guadalupe Álvarez.

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