“Mi madre prefería pagarle a los brujos que darnos de comer”

Diego Salas

“Mi papá tenía un trabajo donde era gerente de un banco. Pero de la nada, mi mamá enfermó del coxis y la operaron. A partir de entonces, ella perdió su trabajo y para cuidarnos, mi padre tuvo que trabajar en otro lado.

Los dos empezaron a vender carros y todo lo que tenían de valor. Mi papá tuvo que trabajar de taxista con un carro prestado para llevar la comida de todo el día: tortillas con sal. Si le iba bien en su trabajo, comíamos huevo, pero nada más.

Mi mamá no entendía qué pasaba, sus amigas le dijeron que alguien la estaba ‘trabajando’. Al creer eso, gastó con los brujos el poco dinero que teníamos para comprar lo que le pedían. No nos daba de comer, pero para ir con el brujo sí había dinero.

Me acuerdo que a ella siempre la invitaban a la Universal, pero decía: ‘Allá cobran mucho y roban dinero’. Solo que mi padre le dijo: ‘¿Y qué te van a robar? No tienes dinero’. Así llegaron juntos un sábado. Mi madre salió feliz de la reunión, pues no le cobraron. Por lo que empezaron a hacer cadenas de oración.

Su fe los cambió. Renovaron sus votos y parecen novios. Conquistaron un carro cero kilómetros, dos negocios, una casa, un departamento, no tienen deudas, mi mamá está sanada y hay amor en la casa. Hoy tenemos el privilegio de elegir en dónde comer. Esto requirió fe, perseverancia y entrega a Dios.

En mi caso, estoy felizmente casado. No sufro porque evito lo mismo que mis padres. Lo que ellos no tuvieron al inicio, yo lo tengo”.

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