Madre intenta vender a su propio hijo para pagar deudas

De acuerdo con el portal The Sun, una mujer de 36 años intentó vender a su propio hijo, de 7 años, en un centro comercial de Yekaterimburgo, en Rusia, por 4 mil euros, lo que equivale a 79 mil pesos mexicanos.

Comprende la situación:

Según información de las autoridades, una mujer llamada Nargiza anunció la venta en línea, diciendo que necesitaba «vender a su hijo para pagar sus deudas». Y solo fue encarcelada bajo las leyes de tráfico de menores de edad de Rusia luego de que funcionarios de una institución de caridad antiesclavitud se hicieran pasar por compradores y se encontraran con ella en el área de alimentos del centro comercial.

De acuerdo con ellos, la mujer dijo que al niño «no le importaba» ser intercambiado e irse con una nueva familia.

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Otros casos semejantes:

En Bolivia, a principios del mes de julio, un hombre llamado Faustino Colque Mollo, de 23 años, vendió a su propia hija recién nacida, a través de WhatsApp, para conseguir un celular nuevo.

En otro caso, que también ocurrió en Rusia, una mujer de 33 años decidió vender a su hijo de solo 5 días de vida, con el objetivo de pagarse una cirugía plástica en la nariz.

¿Qué debemos analizar?

Es preocupante cómo casos tan parecidos están saliendo a la luz, haciendo notorio cómo el amor se está enfriando, aun dentro de la propia familia, así como el Señor Jesús lo anunció.

«Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo» (Mateo 24:12-13).

De esta forma, el resultado del aumento de la iniquidad, que está relacionado con la maldad, la injusticia y la desobediencia, es el amor enfriándose.

«Por ese motivo, la humanidad ha caminado a pasos largos hacia la perdición. Pues, si las personas no aman y no respetan al propio Dios, ¿cómo amarán y respetarán a sus semejantes? Por eso, el enfriamiento del amor es, sin duda, una de las mayores señales del regreso del Señor Jesús, y se puede ver principalmente en el círculo familiar y en la convivencia de las personas en general», explica el obispo Macedo.

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Foto: Reproducción East2West