La receta para cambiar de vida

El pasado domingo 17 de septiembre, el obispo Franklin Sanches mencionó que la voluntad de Dios es que vivamos con lo mejor, pero, a cambio, tiene una única exigencia: la obediencia a Su Palabra. Siendo así, para que podamos tener una vida plena, solo necesitamos obedecerle.

El obispo daba el ejemplo de aquellas personas que son padres, pues cuando ellos les piden algo a sus hijos, es por su bien, por eso desean que les obedezcan. De la misma manera es con Dios, Él, como Padre, desea lo mejor para la humanidad, por ello da Su Palabra, para que sea la guía, para proteger, no para aprisionar al hombre.

Asimismo, para ejemplificar la importancia de la Palabra en la vida de las personas, el obispo mencionaba que cuando alguien estudia una carrera, lee libros para formarse en alguna disciplina, y así adquirir aquella información que le hará pensar y actuar como arquitecto, médico, etc. De igual modo, cuando uno absorbe la Palabra, se adquieren los pensamientos de Dios, y se van cambiando las ideas equivocadas que uno fue aprendiendo a lo largo de nuestra vida. Esto hará que nuestra vida cambie, porque la Palabra de Dios nos enseña a ser madre, padre, esposo(a), hijo(a), profesionista, empresario(a), etc. La Palabra de Dios es la guía que siempre nos lleva a tener una mejor vida.

Amor real

«El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por Mi Padre; y Yo lo amaré y me manifestaré a él.» (Juan 14:21).

El verdadero amor no es cuando te dicen «Te amo», es decir, «el que ama a Jesús no es aquella persona que dice: “Yo Te amo, Jesús”; quien ama a Jesús no es aquel que dice: “Ah, yo vengo a la iglesia”, eso no significa que Lo ama. Es fácil entender eso cuando usted lo compara con el matrimonio, pues es la mejor analogía de la relación con Dios. Porque si yo amo a mi esposa quiero servirla y agradarla», indicó el obispo.

También mencionó que, cuando hay amor, ambos quieren dar, quieren agradar al otro, aunque habrá cosas que no les guste hacer, lo harán para hacer feliz a su pareja. Pues de qué sirve que digan que aman al otro si le engañan. Por ello, quien ama lo demuestra con sus actitudes y su comportamiento.

Entonces, de la misma manera sucede con Dios, de nada sirve que se le diga: «Señor, yo te amo», si no se le obedece. Por eso está escrito: «El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama…». Porque cuando guardamos y obedecemos sus mandamientos le estamos mostrando nuestra consideración y amor, aun cuando tengamos que hacer cosas que nos contrarían. Como perdonar, «¿a quién le gusta perdonar?» preguntó el obispo. A nadie, y menos cuando alguien lo lastimó o hirió, pues el corazón naturalmente va a querer vengarse, «pero, si yo amo a Dios, guardo Sus mandamientos y Sus mandamientos dicen: “perdonen y ustedes serán perdonados”. Eso es el amor, yo no voy a perdonar porque lo merece, voy a perdonar porque amo a Dios. Es fácil de entender, pero hacerlo es otra historia», enfatizó.

Pese a que esto no es fácil de ser asimilado, pues va en contra de las ideas de este mundo que están hechas para apartar a las personas de Dios, cuando las personas van a ver lo que está escrito en la Biblia, ahí viene lo que se tiene que hacer para que Él las bendiga y, aunque obedecer sea un sacrificio, al asumir un compromiso con Dios, Él se compromete con ellas.

Esto tiene una gran recompensa pues en el evangelio de Juan capítulo 14, versículo 23, dice: «Si alguien Me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada», es decir, a partir del momento en el que la persona decide guardar y obedecer la Palabra, Dios, en Su Santísima trinidad, hará de ella Su morada, para guiarla y cuidarla, pues a donde ella va, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo van con ella. Ante eso, no hay mal, envidia o brujería que pueda resistir. El obispo Franklin decía que esto hace a la persona independiente, pues ya no va a necesitar estar pidiendo oración para uno o para otro. Además de que tenerlos a los tres «es liberador, pues hace que ustedes sean libres de cualquier clase de religiosidad, usted no va a vivir amedrentado, preocupado, deprimido, ansioso, usted ya no va a tener eso. Usted que tenía depresión, se acabó cuando esto sucede, más para que eso acontezca Él dijo: “Si alguien me ama, guardará Mi palabra”, solo eso».

Tomar esa decisión de fe es suficiente, pues Él quiere cambiar la vida del ser humano, y protegerlo para no permitir que sufra, sino que tenga todo lo que necesita: paz, prosperidad, una familia feliz, etc. Porque en su interior tiene lo más importante: al Padre, Hijo y Espíritu Santo todos los días del año. «Y lo mejor de todo, cuando su vida se termine aquí en este mundo, cuando llegue la hora de que usted tenga que partir, entonces, como ellos viven con usted, se lo van a llevar y se va a sentar en el trono con el Señor Jesucristo. ¿Quién quiere?… ¿Quiere pagar el precio? “¿Cuál es el precio?”, guardar la Palabra. Así usted verá cómo su vida va a cambiar», finalizó.