La ciencia lo afirma: la gratitud genera felicidad

La palabra gratitud proviene de la palabra en latín gratus (agradecido), que tiene el significado de sentirse agradecido. En el Diccionario del Español de México, la definición es «Sentimiento que se produce en una persona después de haber recibido un beneficio, una ayuda, un favor o un gesto amable de otra».

Mucho más que decir «gracias», que remite a una obligación de retribuir lo que fue recibido, la gratitud tiene un concepto mayor, pues es un sentimiento de gracia por algo agradable que nos fue ofrecido.

Aunque el ser humano tiene la tendencia de mantener su atención en los problemas, la verdad es que la gratitud puede ser ejercida tanto en momentos buenos como en los malos. Para eso, sin embargo, es necesario mantener una mirada atenta a lo que sucede a su alrededor. Hacer de eso un hábito y convertirse en una persona agradecida mejoran considerablemente la calidad de vida.

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Beneficios para la salud

Estudios de Estados Unidos del área de la psicología descubrieron que expresar gratitud generó mayores índices de felicidad y menos dolores físicos. Investigadores de Harvard Medical School, en Boston, EUA, concluyeron que la gratitud actúa como un poderoso remedio para el cerebro. Al experimentar el sentimiento de gratitud, dos partes del órgano son activadas: la prefrontal medial ventrolateral y el córtex en la parte dorsal. Esas áreas están involucradas con las percepciones de recompensa, de moralidad, de las interacciones sociales positivas y en la capacidad de entender lo que el otro piensa.

Otras investigaciones comprueban más acciones de la gratitud sobre el órgano, como la activación de la liberación de dopamina, uno de los neurotransmisores vinculados con el sentimiento de recompensa, y también la elevación de serotonina, la hormona del bienestar. Por vías neuronales, la gratitud libera la oxitocina, hormona que estimula el afecto y la tranquilidad, lo que disminuye los niveles de ansiedad.

La Greater Good Science Center, de la Universidad de California, en Berkeley, patrocinó diferentes investigaciones científicas sobre el tema. Una de ellas comprobó que la gratitud trae consigo felicidad. Esto es porque ella aumenta los sentimientos de optimismo, alegría, placer y entusiasmo. La acción de agradecer reduce la ansiedad y la depresión e incluso puede contribuir a tener una buena noche de sueño.

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Gratitud: el desafío

Al respecto, la Palabra de Dios también enseña esto: «dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios» (1 Tesalonicenses 5:18). La verdad es que cuando aprendes a ser más agradecido, tu vida mejora en varios sentidos.

Para ponerla en práctica en tu vida, necesitas seguir algunos pasos:

• Ubica a alguien en tu círculo social y expresa gratitud verbalmente. Pero no elijas a alguien con quien ya haces eso. Puedes pensar en cómo sería tu vida sin esa persona, es una de las formas de identificar la importancia de ella. Tal vez puedes llamarla o le das un abrazo. Haz eso hoy mismo.
• Las personas tienen el hábito de ver como natural las cosas por las cuales deberían estar agradecidas, como el agua potable. Si la tienes, ¿estás agradecido por el simple hecho de tenerla? En la noche en la que fue aprehendido, el Señor Jesús sabía por lo que pasaría, pero levantó el pan, el vino y le dio gracias al Padre por los elementos, por la última ocasión con los discípulos y por estar cerca de la misión que vino a hacer en la Tierra. ¿Qué consideras común y corriente, pero que podrías agradecer por tener? A veces, reclamas tanto de tu empleo, pero tienes uno. ¿Cuántos son los que buscan trabajo y no encuentran?
• Identifica un problema por el que estás pasando y descubre lo bueno que trajo para ti. Agradece por él y úsalo a tu favor.

Cerca de Dios

La Biblia habla de la gratitud en diversos pasajes. En uno de ellos, el Señor Jesús fue abordado por 10 hombres leprosos que clamaban por su sanidad. El Señor Jesús les propuso en Lucas 17:14: «Id y mostraos a los sacerdotes». Al obedecer, todos fueron sanados, pero solamente uno —el samaritano— regresó para glorificarlo y agradecer, como está registrado después en los versículos 17 al 19: «Respondiendo Jesús, dijo: ¿No fueron diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve, ¿dónde están? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? Y le dijo: Levántate y vete; tu fe te ha sanado».

Es común que las personas sientan aversión por los 9 exleprosos ingratos, pero cuando cada una analiza su propia vida, puede encontrar actos de ingratitud hacia Dios. Muchas, después de haber recibido lo que tanto deseaban, le dan la espalda al Altísimo. Otras no reconocen Sus hechos en sus vidas, desde los más simples, como el aire en los pulmones, hasta los más complejos, como la fuerza recibida para enfrentar un gran obstáculo.

Varios no comprenden que la gratitud acerca al hombre con Dios. Reflexiona con respecto a tu comportamiento y comprende que, antes de presentarle tus peticiones, es necesario agradecer por lo que ya tienes. La gratitud es un ejercicio que, si pones en práctica diariamente, mejora tanto la vida como la forma en que se entiende. Por lo tanto, sé agradecido y feliz.

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