Fuerza o debilidad: ¿qué te define?
Conoce las características de cada una y aprende cómo convertirte en un vencedor
¿Qué caracteriza a una persona verdaderamente fuerte para enfrentar los problemas y dificultades en la vida económica? ¿Es el nivel de estudios, una buena universidad, cursos o conferencias motivacionales? Por más que todo eso sea importante, por sí solos son incapaces de acabar, por ejemplo, con los complejos de inferioridad, miedos, pesimismo y la duda.
Pero, cuando el Espíritu de la Palabra de Dios habita en una persona, practica la fe sobrenatural, no desiste, ni deja que la duda domine su mente. Lo que antes era un problema, se vuelve un testimonio. Es imposible que alguien fuerte no venza.
La Biblia, específicamente en la historia de Jacob y Esaú (lee Génesis 25:21-34), muestra bien la diferencia entre el débil y el fuerte, así como la reacción que las personas suelen tener delante de los problemas cuando una puerta se cierra o recibe un «no» como respuesta.
La buena noticia es que ser fuerte o débil es una elección y, en caso de ser este último, se puede cambiar ahora mismo.
Conoce las características del débil:
- Se apoya en la condición y posición
Esaú era un experto cazador y creía que por eso tendría éxito. Pero, en el momento de la dificultad, donde debía ser fuerte, mostró debilidad, pues vendió su derecho de primogenitura. Trayéndolo a la vida diaria, las personas se apoyan en sus diplomas, en su capacidad, en la inteligencia y, mientras lo hagan, su vida será débil, pues les falta hacerlo en la Palabra de Dios.
- Es infiel
Esaú tenía la bendición de la primogenitura y cuando pasó por un problema (el hambre), la cambió por un plato de lentejas. Dejó a Dios a un lado por una propuesta.
- Es conformista
Él se contenta con lo que venga, acepta la vida que lleva sin hacer algo más al respecto. Pero, su vida solo cambiará cuando escoja ser fuerte, ande con Dios y se indigne.
Ahora, conoce las características del fuerte:
- Se aferra a un propósito
La Biblia dice que Jacob y Esaú se peleaban en el vientre de su madre. Cuando nacieron, Jacob salió agarrado del tobillo de su hermano, pues no aceptaba ser uno más en la multitud. Años después, Jacob, se aferró a la pierna de un ángel, diciendo que no lo dejaría ir hasta que lo bendijera.
Si escoges ser fuerte, aférrate a la Palabra de Dios con uñas y dientes, así cambiarás tu historia. El fuerte también tiene metas, propósitos, objetivos, sabe a dónde llegar.
- Es fiel
No importa la situación, el fuerte tiene palabra.
- Tiene confianza y comunión con Dios
Él no confía en la fuerza de su brazo. Si surge un problema, él decide ir al Altar. Ora, ayuna, tiene actitud.
Si quieres saber más y poner tu fe en práctica para vencer las dificultades, participa en las conferencias del Congreso para el Éxito, que están siendo transmitidas en vivo por medio del Facebook y YouTube del obispo Franklin Sanches, Universal México y Radio Omega (aplicación que puedes descargar en tu dispositivo móvil), los lunes a las 7 p. m.
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