En tu estado de ánimo suele reflejarse el tipo de música que escuchas
Escuchar música es uno de los pasatiempos favoritos de las personas. Caminando, en el transporte público, en el auto, en la casa, en el trabajo… ¡cualquier momento siempre será idóneo para distraer la mente con algo de ritmo! De hecho, a quienes tienen un día estresante, esto suele darles un momento de serenidad.
Ahora, si por un lado la música levanta el ánimo de un vasto número de gente; a otro puede ocasionarle un cuadro depresivo. Y es que, hoy en día, abundan las canciones con letras de desamor, soledad, frustración y cualquier otro contenido que, de un momento a otro, puede bajar el ánimo de quienes las escuchan que, por lo regular, han tenido episodios semejantes en su vida.
La Academia de Finlandia realizó un estudio que consistió en evaluar las respuestas neuronales a distintos tipos de música, así como revelar qué tipo de emociones surgen en las personas en cada uno. Los resultados de dicha investigación demostraron que los participantes que escuchaban melodías tristes o agresivas padecían mayor grado de ansiedad y neurosis.
Cabe decir que los expertos usaron resonancia magnética funcional para realizarla, esto permitió que notaran la relación de la música con el córtex medio prefrontal, área que fomenta la convivencia y supervivencia en la sociedad. Esto quiere decir que hay cierta música que, con el tiempo, podría repercutir negativamente en el cerebro.
Por ello, los especialistas recomiendan que las personas sean cuidadosas al elegir el tipo de música que escuchan, así como lo hacen con los alimentos que consumen, para que no haya una repercusión negativa en su salud.
Si lidias con una tristeza, por la razón que sea, no eches en saco roto la opción de buscar la ayuda de Dios para superar ese trago amargo. En la Universal, por ejemplo, se realizan oraciones a favor de quienes se encuentran en este estado. Acércate a la sede más cercana a ti para pedir informes.
Lea también: Insomnio: 4 de cada 10 mexicanos lo padecen
«Tomaba y me cortaba los brazos para olvidar la depresión»
«Al ver problemas en mi casa desde que era niña y darme cuenta de que cada vez empeoraban más, caí en una fuerte combinación de sentimientos entre odio, tristeza, rencor y depresión.
Como todo seguía igual cuando crecí, me desahogaba con mis amigos tomando en las fiestas e intentando olvidar mi realidad, me lastimaba cortándome los brazos. Todo era en vano, nada servía, ¡me sentía peor!
Asistí a la Universal porque sabía que aquí podía solucionar mis problemas… y no me equivoqué. Fui perseverante y me di cuenta que la depresión que tenía se me había quitado.
Me sentía tan bien que invité a mi mamá. Las dos llegamos a la conclusión de que en ningún lugar habíamos encontrado paz. Así me uní a mi familia.
A través de la fe, superamos todos los obstáculos. Soy muy diferente a la niña depresiva que fui.» -María N
(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.
comentarios