El buen miedo

En Gálatas 6:7 está escrito: «No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará». El apóstol Pablo habló para aquellos que ya conocían la Palabra de Dios, y entonces les dijo: «No os dejéis engañar». Tal vez estás cometiendo muchos errores y vives justificándote, pero ¿alguna vez te has parado para pensar que no es necesario justificar lo que es correcto? Uno no necesita explicarle a una persona los motivos para vengarse correctamente porque es lo correcto y, por lo tanto, no es necesario dar justificaciones.

Uno no necesita explicar las razones para ser fiel a su esposa, porque la persona recta no necesita argumentos. Entonces, si necesitas justificar algo que estás haciendo, probablemente estás cometiendo un error.

Dios no se deja burlar, así que ten cuidado cuando hagas el mal, aunque sepas lo que es correcto.  Cuando una persona se burla de Dios, es como si dijera: «Realmente lo hice y ahora quiero ver lo que el Señor va a hacer». Muchos cristianos, a quienes les gusta rodar en el barro del pecado, usan argumentos basados en el Nuevo Testamento para justificar no vivir bajo la Ley sino bajo la gracia. Pero necesitas saber que todo lo que siembres se cosechará, incluyendo errores, pequeñas mentiras, errores, fraudes, todo lo que a sabiendas haces mal, cosecharás y no hay forma de culpar a Dios o a las personas que te rodean por los frutos de esto, porque tú eres el único responsable.

Ten entendimiento y juicio para temer a Dios. Las personas les temen a las alturas porque si se caen de un lugar alto, saben que se van a lastimar o incluso podrían morir; uno le tiene miedo a la electricidad porque puede terminar herido; algunos tienen miedo de tomar una curva arriesgada a gran velocidad, porque la posibilidad de que el coche se salga de la pista es grande; y otros tienen miedo de comer ciertos alimentos o cantidades exageradas de comida porque saben que dañarán su salud.

Dios nos ha dado temor para protegernos del mal y hay un miedo llamado temor de Dios, mejor conocido como respeto. Así como un niño respetuoso nunca le mostraría su lengua a su padre, uno nunca debe burlarse de Dios. Por lo tanto, si tienes temor de Dios, siempre estarás protegido, porque Él garantiza en Su Palabra que bienaventurado, es decir, feliz, es el que le teme.

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