Todo es posible para el que cree
«Le dijo Jesús: “Todas las cosas son posibles para el que cree”. Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: “Creo; ayúdame en mi incredulidad”.» (Marcos 9:23-24).
El Señor Jesús dejó que aquel hombre eligiera si creería o no, pero añadió: «Todas las cosas son posibles para el que cree». Después el hombre le respondió que creía y, humildemente, le pidió al Señor que le ayudara con su incredulidad. La sinceridad de aquel hombre agrado tanto al Señor Jesús que Él lo liberó y sanó al niño de aquella enfermedad.
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