Donde los sueños se convierten en realidad

Un hijo de Dios tiene derecho a que las promesas de su Padre se cumplan en su vida

¿Cuántas personas continúan sufriendo por distintas circunstancias? Algunos hasta tenían planes de vida, pensaron en tener una familia, una economía estable o gozar de buena salud, pero por tanto sufrimiento que han cargado, sepultaron sus sueños. Incluso han llegado a pensar que, por su edad o condición, nunca lograrán nada.

Si ya se perdieron todas las esperanzas… ¿será que es posible tener una vida digna y de estabilidad?

«Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10:10).

Cuando una persona se vuelve hija de Dios, hasta lo que iba a resultar mal, sale bien. Un hijo de Dios experimenta una transformación completa en todos los aspectos de su vida. Y los que están a su alrededor lo notan tanto en su comportamiento como en su calidad de vida.

Tal vez ya tomaste varios caminos para encontrar la felicidad o no ves la forma de salir adelante, pero es importante que sepas que hay un lugar en el que los sueños dejan de ser sueños y se convierten en realidad: el altar.

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Cuando uno se entrega de cuerpo, alma y espíritu a Dios, pasan cosas extraordinarias. Y si los sueños ya estaban perdidos, la presencia de Dios los reconstruye y, sobre todo, da paz.

Dios promete una vida en abundancia en todos los sentidos y un hijo de Dios tiene derecho a que las promesas de su Padre se cumplan en su vida.

Si tú quieres que esto sea una realidad para ti, entonces toma esta oportunidad: la Hoguera Santa de Israel en el Monte Calvario.

Se trata de un acto de fe, un desafío con Dios para alcanzar una vida diferente, para luchar por los derechos de un hijo de Dios. Y en esta edición, podrás escribir tu pedido en papel y entregarlo en una Universal, pues estaremos llevando todas las peticiones al Monte Calvario, el lugar en que el Señor Jesús se entregó por nosotros, representando un sacrificio vivo y verdadero.

«No ganaba mal, pero todo se iba en alcohol» 

«Crecí en un rancho sin esperanzas y con muchas limitaciones, no teníamos buena educación y la vida era pesada. Cuando trabajé de mesero, no ganaba mal, pero desembolsaba mucho en alcohol. Casi era mendigo, no tenía para comprar ropa buena. Después de llegar a la Universal, escuché de la Hoguera Santa. En esta oportunidad: le entregué a Dios mi pasado, tristezas, miedos y mi vida completa. Desde entonces, tuve la seguridad de que era hijo de Dios. Por medio de esa fe, mi economía fue cambiando, me casé y tengo 2 hijos. Esas puertas no se abrieron de inmediato, fue con dificultad; sin embargo, haciendo mi parte con Dios, en cada momento he tenido la seguridad de que Él está conmigo. 

A diferencia de antes, tenemos una vida próspera: poseemos 4 restaurantes con aproximadamente 100 empleados, adquirimos una camioneta del año, estamos construyendo nuestra casa y podemos viajar cuando queremos, pudiéndoles dar a nuestros hijos lo que necesiten. Sin embargo, lo más importante que he recibido de Dios es a Él mismo en mi vida.» -Claudir Datschuke 

Conoce más sobre la Hoguera Santa y cómo participar en este enlace.

Y este domingo 18 de diciembre te esperamos, especialmente a las 10 a. m., en el Templo de los Milagros: Avenida Revolución núm. 253, col. Tacubaya, alcaldía Miguel Hidalgo, CDMX. O consulta aquí la dirección de la Universal más cercana a ti.

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