¿Vives sintiéndote atrapado(a)?

En esta búsqueda ser libres de sus problemas, hay quienes terminan cada vez más atrapados… Entonces, ¿qué hacer?

Miles y miles en todo el mundo viven aprisionados, solo que aquí no se está haciendo referencia a las rejas físicas, sino a los problemas que mantienen atados a un individuo. Sin embargo, por no saber qué camino elegir para encontrar la libertad, el confinamiento de algunos va de mal en peor al tomar elecciones que los terminan perjudicando.

Por ejemplo, hay quienes que por sentirse vacíos, solos, incomprendidos, deprimidos, etc., buscan su libertad yéndose de casa, pensando que así podrán tener las riendas de su vida; o bien, no son raros los casos en los que se procura olvidar o «anestesiar» sus problemas exponiendo su vida a peligros o consumiendo sustancias de las que se vuelven dependientes. Sea cual sea lo que detonó el dolor interno (problemas familiares, abusos, rechazo, entre otros), su vida se hunde más en el sufrimiento; incluso la destrucción se vuelve tan grande que ya no logran ver una luz al final del túnel.

Y, en tu caso, ¿cuál crees que sea tu prisión? Quizá te identificas con lo mencionado anteriormente o, tal vez, tus cadenas son otras: una economía limitada, deudas, depresión, no haber superado un hecho negativo, enfermedades que te impiden llevar tu vida con normalidad… la lista es innumerable.

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Aún hay salida…

Sin embargo, mientras las personas creen que su vida en ruinas ya no tiene remedio, Dios encuentra en la destrucción el escenario perfecto para brindarles la libertad que necesitan y crear una nueva historia: «Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.» (Juan 8:36). En el pasado hubo hombres y mujeres que estuvieron atrapados por situaciones que incluso enfrentamos hoy en día, pero ellos creyeron que el Señor actuaría y encontraron la libertad.

Así es, por medio de tu fe, es posible encontrar la salida, pero en este proceso ya no estarás no solo si decides confiarle tu vida a Dios y seguir Sus orientaciones a la luz de Su Palabra.

El poder de Dios es ilimitado. Y no solo eso, Él está listo, esperando a aquellos que necesitan liberarse de sus cadenas. Por eso, con base en la palabra citada anteriormente, este domingo 28 de abril se llevará a cabo un encuentro especial en todas las Universal del país.

Te esperamos especialmente a las 10 a. m. en el Templo de los Milagros: Av. Revolución # 253, col. Tacubaya. O bien, en la Universal más cercana.

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