Cuidado con la ilusión del mundo

Desde que fue creado, el mundo ya pasó por varias fases, pero nunca hubo un momento en el que la disputa por la atención de las personas fuera tan grande como lo es hoy en día. El avance de los estudios científicos asociados a la tecnología llegó al punto de mapear el comportamiento humano y saber a detalle cuáles son las preferencias de cada persona. El objetivo es simple: ofrecerle a ella exactamente lo que busca.

En el mundo online funciona así: al hacer una búsqueda simple en internet de un objeto, el algoritmo entiende lo que el usuario está buscando y, a partir de entonces, pasa a bombardearlo con propaganda, anuncios y varias otras estrategias de marketing para atraerlo a fin de comprar eso.

Este tipo de acciones parecen nuevas, pero no lo son. Desde hace años están presentes en el mundo físico y en el espiritual. La Palabra de Dios afirma que el «diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.» (1 Pedro 5:8). Es decir, el mal estudia las acciones humanas para ofrecerle a la persona lo que pueda hacerla tropezar. Todos estamos sujetos a tales ofertas. El Señor Jesús, por ejemplo, fue tentado después de estar 40 días en ayuno en el desierto.

Sabiendo de Su condición, el diablo le sugirió algo que en aquel momento era una necesidad para Él, conforme a lo que está escrito: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan» (Mateo 4:3).

Jesús, en su caso, estaba listo para combatir las ofrendas del mal, pero ¿será que todos están preparados para decirle «no» al mundo cuando enfrentan una necesidad? A pesar de que en el momento de dificultad ese tipo de propuesta viene bajo una buena apariencia, ella trae consigo consecuencias malas. Ante esto, pregúntate: ¿cuántas de ellas nos dice el mundo que son buenas y uno termina creyéndolo?

El mundo aplaude el éxito, la carrera, la formación académica y también la acción de «disfrutar» la vida. Muchos sugieren que hagas solamente lo que sientes ganas de hacer y que seas feliz. Pero la verdad que este mundo pinta como placentera es una mentira para que te sientas cada vez más frustrado.

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La apariencia es un detalle

Es necesario poner atención a las características de Juan el Bautista que, con su forma simple de ser, atraía multitudes, conforme a lo que se puede leer en Mateo 11:7-9. En aquella ocasión, el Señor Jesús lo llamó ángel y en otro momento dijo que «él era la lámpara que ardía y alumbraba» (Juan 5:35).

Juan Bautista podría haberse preocupado por muchas otras cosas, pero él depositó su fuerza en difundir la verdad que provenía de lo Alto y, con eso, desenmascarar las falsedades del mundo. Este hombre simple, que estaba en el desierto con ropa simple, vino para preparar el camino del Señor Jesús, es decir, él vivió en función de su llamado, que era decir la verdad y hablar del bautismo en las aguas.

Haciendo una comparación con la actualidad, mientras las personas están preocupadas por seguir tendencias de la moda, de influencers y de agradar al mundo, están dejando a un lado su vida con Dios y renunciando a la eternidad. La Biblia dice: «Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza» (Mateo 11:12). Es decir, para heredar el Reino de los Cielos, tenemos que ser violentos contra nuestra propia voluntad en la Tierra. Nosotros vamos a tener que disciplinarnos, corregirnos, aprender a ser humildes y hacer lo que es correcto. ¡Esa es la verdad! Y vas a tener que tomar una decisión y elegir: la verdad de Dios o la mentira de este mundo.

Medita en: ¡El corazón contrito y humillado jamás será despreciado por Dios!