¡El corazón contrito y humillado jamás será despreciado por Dios!
“¿Qué daré al Señor por todos Sus beneficios para conmigo?
Alzaré la copa de la salvación, e invocaré el Nombre del Señor”.
Salmos 116:12-13
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Dios”.
Salmos 51:17
Extraído del blog del Obispo Macedo
Medita también en este mensaje: La ofrenda a Dios define el destino eterno del alma
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