«Consumía grandes cantidades de tabaco con tal de sentirme feliz»
«Fui adicto al alcohol y al tabaco, me gustaba ir a los bares y a centros de prostitución para sentirme feliz.
A pesar de que, aparentemente, no había ningún problema conmigo, por dentro me sentía hueco. Tenía miedo, pánico de estar en mi casa, era como si alguien me persiguiera. Quise sacar la tristeza estando con amigos y, aunque mi alma gritaba, yo negaba que necesitaba ayuda, decía “estoy bien”. Sin embargo, llegando la noche, la soledad me poseía y lloraba.
Poco a poco caí en un abismo terrible, pero no lo decía por orgullo, hasta que mi vida decayó en todos los sentidos al punto de tener que pedir prestado para sustentar mis vicios.
Afortunadamente, este caos terminó cuando aprendí en la Universal a usar mi fe en Dios. La paz que siempre busqué en lugares equivocados, Él podía dármela y sin hacerme mal.
En poco tiempo, me di cuenta de que tanto la depresión como los vicios se me quitaron. Ahora no me dan ganas de tomar ni de fumar.
Dios me ha bendecido en todos los aspectos, tengo: amor, prosperidad, sanidad y, sobre todo, felicidad.» -Edwin Sánchez
(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.
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