¿Cómo reacciona ante las debilidades de su marido?

Vea cómo debe comportarse una compañera inteligente

Es natural que a lo largo de la jornada de la fe surja el desánimo. Hasta el propio padre de la fe, Abraham, al inicio de su caminata, lidió con eso. Y, en ese momento, Dios lo animó:

“DESPUÉS de estas cosas la palabra del Señor vino a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram, Yo soy un escudo para ti; tu recompensa será muy grande. Y Abram dijo: Oh Señor Dios, ¿qué me darás, puesto que yo estoysin hijos, y el heredero de mi casa es Eliezer de Damasco? 

Dijo además Abram: He aquí, no me has dado descendencia, y uno nacido en mi casa es mi heredero. Pero he aquí que la palabra del Señor vino a él, diciendo: Tu heredero no será éste, sino uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero. 

Lo llevó fuera, y le dijo: Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y Abram creyó en el Señor, y Él se lo reconoció por justicia” (Génesis 15:1-6).

Justamente en este periodo, Sara, su esposa, cometió un error muy común entre las mujeres casadas: ella no logró ser la compañera que su marido necesitaba en ese momento.

Debilidad y compañerismo ineficaz

La escritora Cristiane Cardoso (autora de los libros La mujer V y Mejor que comprar zapatos), explica que existe un detalle importante, y que muchas mujeres casadas no conocen al respecto del compañerismo. Es decir, cuando son débiles ante la debilidad de su esposo, su compañerismo se vuelve ineficaz.

Ella explica que Dios —en el momento— había animado a Abraham, pero, Sara no estaba en el mismo Espíritu y se dejó llevar por la preocupación. “Sara no vio lo que el marido necesitaba, que ella fuera fuerte. Pensó que lo que él estaba necesitando era una salida para aquel problema”, destaca.

Fue, entonces, que Sara tuvo la idea de ofrecer a su sierva Agar, con el fin de darle un hijo al marido. Solo que su ayuda, impulsada por la emoción, posteriormente solo acarreó más problemas.

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Compañerismo inteligente

“La mujer de Dios tiene que ser espiritual para que ese compañerismo entre ella y su marido no se vuelva como la de Ananías y Safira”, resalta la escritora.

Por eso, Cristiane dice que este problema es muy sutil. Pues, si por ser una sola carne la esposa debe someterse al marido, por la misma razón, también debe señalar el problema, la inclinación. Es decir, entender que aquella inclinación no es buena para los dos.

Y ser espiritual es una característica inherente a quien prioriza su relación con Dios. El movimiento Godllywood, trabajo desarrollado por Cristiane Cardoso, tiene por objeto ayudar a las mujeres que quieren agradar a Dios por sobre todas las cosas.

Para saber más de este movimiento, haga clic aquí.