«Vivía aparentando que nada me afectaba» 

La depresión es considerada por varios expertos como el mal del siglo XXI, y según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, el 3.8 % de la población mundial la experimenta, teniendo mayor prevalencia en las mujeres. Entre algunos de sus síntomas son la tristeza persistente, falta de esperanza, frustración, insomnio, pensamientos de suicidio, entre muchos otros. 

Dichos síntomas no siempre son visibles, por ejemplo, la persona puede estar aparentemente feliz, pero en su interior sentirse perdida, sola y con deseos de morir. Los detonantes pueden ser muchos, la pérdida de un trabajo o una relación sentimental, una enfermedad, una situación estresante o traumática, etc.  

Grecia Pineda vivió esto en carne propia: «A pesar de que vivía aparentando que nada me afectaba, desde niña sufrí bullying a causa de mi aspecto físico, eso me hizo crecer con complejos, volviéndome una joven solitaria.» contó. 

No obstante, lo que más la marcó fue el perder a su abuela, llegando al límite de cambiar su apariencia volviéndose gótica. «A partir de ahí, todo en mi vida parecía derrumbarse porque mi mamá se enfermó y mis padres se separaron. Por ello, en mí ya no había felicidad, solo sentía un gran vacío que intenté llenar a través de relaciones y amigos en las redes sociales, pero nada me hacía sentir mejor. Pese a todo, nadie sabía lo que pasaba cuando estaba sola en mi habitación.» añadió. 

Muchas personas que, al igual que Grecia, pasaron por un momento difícil, viven una doble vida, cargando dolor en su interior sin expresarlo abiertamente, por ello los especialistas recomiendan, ante cualquier alteración emocional que esté afectando o trastornando su vida normal, buscar ayuda profesional y grupos de apoyo que le den el soporte y la guía para superar esta situación. 

Así fue como ella pudo cambiar su historia, pues encontró un espacio en el que recibió orientación espiritual que le permitió sanar su interior y abrazar una nueva vida. 

«Conocí la Universal gracias a mi mamá, pues yo la acompañaba, pero, aunque participaba en las reuniones, no me lo tomaba en serio y por ello seguía siendo una joven depresiva; así estuve durante muchos años, hasta que tomé la decisión de entregarme sinceramente a Dios, y a través de mi fe, mi vida dio un cambio completo, porque hoy soy feliz, ya no vivo de apariencias, ni tengo depresión, gracias al encuentro que tuve con el Espíritu Santo.» finalizó. 

Si tú también te encuentras pasando un momento difícil en tu vida, no dudes en acudir a la Universal más cercana, ahí te proporcionarán la guía espiritual que te ayudará, por tu fe, a ser libre de todo el dolor que cargas y conocer las promesas de Dios para tu vida. «Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.» (Jeremías 29:11). 

Fuentes: «Depresión», Organización Mundial de la Salud / «Depresión (trastorno depresivo mayor)», Mayo Clinic / «Afecciones mentales: Depresión y Ansiedad», Communicable Disease Center (CDC)

Hay esperanza

Si has estado triste o tienes depresión, te invitamos a participar en las reuniones del Templo de los Milagros: Av. Revolución núm. 253, en la colonia Tacubaya, CDMX. Por tu fe, es posible superar el mal del siglo.

También puedes consultar el horario de la reunión en la Universal más cercana a tu domicilio.

(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.