Toda honra y gloria ya tiene Dueño
¿Qué quieren los palacios de nosotros? ¿Por qué tanta riqueza, decoración y grandeza?
Porque quieren la gloria.
Dado que sus arquitectos y residentes originales ya no viven, creyeron que su memoria perduraría a través de semejante construcción y legado. Deseaban seguir obteniendo gloria incluso después de su muerte.
Pero ¿qué se esconde detrás de tanto anhelo de gloria? ¿No sería esto una muestra de la inseguridad humana, el deseo de ser reconocidos, aplaudidos, elogiados e incluso envidiados?
Si la intención es obtener gloria…, ¡cuidado! Toda gloria y honor ya tienen Dueño.
«Hijos de hombres, ¿hasta cuándo cambiaréis Mi honra en deshonra? ¿Hasta cuándo amaréis la vanidad y buscaréis la mentira?» (Salmos 4:2).
Por Cristiane Cardoso
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