«Tenía miedo: oía ruidos de cadenas y que tocaban las ventanas» 

No siempre es fácil saber cuándo uno es víctima de los trabajos de brujería. Queda claro cuando la persona «trabajada» encuentra en los lugares que frecuenta animales muertos, aceites, monedas de baja denominación, etc. No obstante, no siempre es así, ya que en algunos casos estos son dejados en lugares muy escondidos (como puentes, bosques y basureros, por ejemplo). Pero las señales de la acción del mal son evidentes. 

Quienes se han dedicado a estas prácticas cuentan que dentro de las señales se enlistan: 

• Pérdidas económicas y familiares casi de la noche a la mañana 
• No poder dormir, ver sombras y escuchar voces paranormales 
• Las plantas o mascotas de la casa se mueren con rapidez 
• Surgen problemas en la salud que no tienen explicación 

• Adicciones y violencia que surgen de manera repentina en el hogar 

Algunos de estos «síntomas» fueron por los que atravesó Jazmín Beatriz Camacho Pérez. El comienzo fue cuando encontró las ventanas de su casa cubiertas de aceite, el patio lleno de polvo blanco y las flores de su casa marchitas: «A partir de ahí, mis padres fallaron en su trabajo y la violencia irrumpió en nuestro hogar. Había insultos y golpes de parte de mi papá. Recuerdo que una vez hasta le dejó el ojo morado a mi mamá. Ver esto me dejó con el miedo y la inseguridad de que las personas me dañaran, desconfiaba de todos. Aun siendo pequeña, intenté ahorcarme», contó. 

Pero los ataques del mal también la afectaron de otro modo: «Oía ruidos de cadenas y que tocaban las ventanas. Me daba mucho miedo, a raíz de eso no tenía confianza de ir al baño». 

Cuando alguien atraviesa por esto, ¿cómo puede enfrentarlo? Y, sobre todo, ¿es posible protegerse de estos ataques? 

El obispo Edir Macedo enseña que el mal solo puede ser expulsado por medio de la acción del Espíritu Santo: «Tal vez usted se siente cargado(a), ve sombras, escucha voces y teme que los demás le digan que está loco(a). Pero no lo está. Son espíritus inmundos amenazando su vida. Pero, por su fe en la Palabra de Dios, es posible deshacer cualquier cosa de esa naturaleza. Por el poder del Espíritu Santo, el mal sale». 

En el caso de Jazmín, ella notó algo diferente en su familia cuando su mamá empezó a frecuentar las reuniones de la Universal: «Notaba que ya no peleaban y que eran felices. Hasta su economía cambió. Yo empecé a ir, solo que no fui constante porque en realidad no creía en Dios. Esa fue la razón por la que mi vida no cambiaba». 

Al final, ella volvió, pues en el fondo quería que su vida se transformara: «Usé mi fe y no falté a los encuentros de los días viernes y domingos. Noté que los pensamientos de suicidio dejaron de estar en mi cabeza, incluso ya podía sonreír y hablar con las personas. La brujería se terminó. Desde que recibí el Espíritu de Dios, vivo en armonía, Él me ha ayudado a salir adelante, por eso representa todo para mí». 

7 Viernes del Pan de la Revelación

La Palabra de Dios revela que «todo lo que está escondido tarde o temprano se descubrirá y todo secreto saldrá a la luz.» (Marcos 4:22).

Por ello, te invitamos a participar en la reunión de Viernes de Liberación Espiritual, en donde, la raíz de aquellos problemas que estás enfrentando saldrán a la luz para que, a través de tú fe en el Dios Vivo, sean arrancados de tu vida.

Así como Denis, tú también puedes dejar atrás los tormentos. Te esperamos este viernes 29 de septiembre para que, a través de tu fe, tanto tú como tu familia sean libres de toda obra del mal. Acude con toda tu familia a la Universal más cercana.

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