¿Sabes cuáles son los alimentos que te hacen vivir menos?

El ser humano desarrolló el hábito de buscar lo que trae practicidad a su rutina, incluso hasta a lo que respecta a su alimentación. Cada vez más, las personas buscan alimentos cuya preparación sea rápida o que incluso no requieran ninguna.

Según un artículo del portal de la Secretaría de Salud de Jalisco, en México, la ingesta calórica provenientes de los alimentos ultraprocesados ocupa el 30 % de la dieta diaria de la población. Y, hasta el año 2021, a nivel mundial ocupa el 4.º lugar en el consumo de este tipo de alimentos. Informó la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación del gobierno de la Ciudad de México.

Pero ¿qué son los alimentos ultraprocesados?

Son aquellos alimentos que pasaron por varias etapas de procesamiento industrial. Ellos son hechos a base de substancias extraídas de alimentos y/u otras fuentes orgánicas, pero sintetizados en laboratorios. Normalmente cada alimento ultraprocesado posee cinco o más de esos ingredientes.

Este tipo de alimentos son hechos de esta manera para que tengan más vida útil en los anaqueles de los supermercados, y para que aguanten diferentes modos de transportación y temperaturas. Por esa razón, la industria economiza en logística y hay menor desperdicio de sus productos, generando más ganancias.

Por regla general, los alimentos ultraprocesados contienen grandes cantidades de conservadores y son ricos en calorías, azucares, grasa, sal y aditivos químicos. Hay en ellos, incluso, sustancias desarrolladas especialmente para hacerlos más atractivos al paladar humano y hasta adictivos. Un ejemplo de eso es el famoso refresco de cola. Mas allá de todo eso, ellos son extremadamente pobres nutricionalmente.

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Están en esa categoría panes, helados, golosinas, pasteles, cereales y barras de cereales, sopas, fideos instantáneos, botanas, refrescos, leches de chocolate, yogurts, bebidas lácteas endulzadas, bebidas energéticas, productos congelados y listos para el consumo (masas, pizzas, hamburguesas, nuggets, salchichas, etc.), entre otros.

¿Cuáles son las consecuencias de su consumo?

La ingestión de alimentos ultraprocesados por largos periodos de tiempo desarrolla diversos problemas de salud, como dolores cardiovasculares, obesidad e hipertensión. Una investigación reciente, realizada por la Universidad de São Paulo (USP), señaló que el consumo en exceso de este tipo de alimentos aumenta el riesgo de demencia. Según dicho estudio, basta que el consumo sea mayor al 20 % de la ingesta calórica diaria, principalmente entre personas de mediana edad y adultos mayores, para que haya una disminución en la capacidad cognitiva.

La nutrióloga Carolina Martins señala que esos alimentos pueden generar padecimientos como la depresión, la esquizofrenia y la demencia: «A causa de la relación entre el intestino y el cerebro, todo lo que contamina el intestino alimenta las bacterias buenas y malas, llegando esa información al cerebro a través del nervio vago, llevando también, en algunas ocasiones, sustancias que pueden contaminar el organismo, como los que están presentes en aditivos, colorantes y químicos. Todo esto puede causar daño cerebral».

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Lo «barato» sale caro

Por más que muchos consideran esos alimentos accesibles y baratos, cuando se colocan los gastos sobre el papel es fácil entender que no son tan baratos como se pensaba. Por ejemplo, un paquete de papas fritas cuesta, en promedio 15 pesos mexicanos, en tanto que un plátano cuesta apenas 5 pesos mexicanos. El plátano, deja a la persona satisfecha, mientras que las papas en apariencia satisfacen, pero son calorías vacías pues no contienen los nutrientes necesarios, haciendo que la persona tenga hambre y/o se sienta cansada al poco tiempo. En general, los ultraprocesados son más caros, tanto a la hora de hacer las cuentas sobre tus compras, como a la larga para tu organismo.

Carolina afirma que lo mejor es abrir menos y pelar más: «cuanta más vida de anaquel tenga un alimento, menor será la tuya. El verdadero alimento lo encuentras en tianguis o mercados, pues es ahí que puedes hallar los alimentos que mantienen sus propiedades originales: vitaminas, minerales, fibras y demás nutrientes, necesarios para nuestro cuerpo».

Aparte de eso, es aconsejable que la persona se prepare sus propias comidas, incluso aquellas tipo «fast-food». Muchos critican los panes y las harinas en general, pero la culpa no es de ellos si no de los procesos químicos a los que son sometidos. Realizando tus propios alimentos, quedarás igual o incluso más satisfecha que con los ultraprocesados e incluso tendrás mejor salud.

No necesitas dejar las botanas, dulces, enlatados y congelados, por ejemplo, pero poco a poco debes incluir alternativas menos agresivas y más saludables a tu alimentación diaria. Puedes hacer postres con frutas, consumir chocolate 70 % cacao, además de consumir diariamente dos porciones de ensaladas y verduras, de tres a cinco frutas e ingerir dos litros de agua para mantener una hidratación corporal correcta.

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