Novela Jesús: no pierdas el hilo de esta gran historia

Después de que los fariseos se acercaran a Jesús y exigieran una señal que mostrara que verdaderamente era el Hijo de Dios. Los discípulos parten de aquella tierra y llegan a la orilla de una nueva ciudad.

Al llegar comienzan a intercambiar opiniones sobre todo lo que los fariseos habían dicho, pero la situación se sale de control al notar que no llevaban los cestos del pan que había quedado y empezaron a discutir entre ellos culpándose unos a otros. Jesús, al notar la situación que estaba aconteciendo, inmediatamente los reprendió recordándoles lo que Él había hecho con los 5 mil y 4 mil que alimentó y las canastas que habían sobrado, mencionando que el problema no era el pan y Él les dijo:

«No se preocupen por lo que van a comer o beber, ni por como se van a vestir. ¿La vida no es más importante que el alimento? ¿Y el cuerpo no es mas importante que la ropa? Con lo que deben de tener cuidado es con la levadura que levanta el pan» (Mateo 6:25).
Al momento que Jesús menciona esto para los 12, se quedaron sin palabras ante lo que Su Maestro les había dicho y continuaron su camino.

Mientras Jesús y Sus discípulos seguían la misión de predicar el Evangelio en la ciudad, llegó un nuevo centurión buscando pistas del paradero de los rebeldes. Al llegar a la ciudad, el primer lugar en el que se presentó fue en la sinagoga donde se encontraba Jairo, uno de los maestros de la Ley, pidiéndole información sobre el paradero de los rebeldes. Jairo se niega a dar cualquier información, ya que él no sabía nada. Pero en la entrada de la sinagoga se encontró con Asisa, esposa de Mateo. Al escuchar lo que dijo el centurión, se acercó a él diciéndole que los rebeldes se encontraban resguardados en casa de Simón Pedro, todo esto con el fin de querer perjudicar a Jesús y los discípulos.

Jesús se encontraba con Sus discípulos en medio del campo dirigiéndose a ellos con una pregunta:
«¿Díganme qué es lo que dice el pueblo acerca del hijo del hombre? Ellos respondieron: “Algunos dicen que es Juan el Bautista otros creen que es Elías, algunos piensan que es Jeremías o algún otro profeta”. Jesús respondió: “¿Y ustedes quien creen que soy?” Y pedro dijo: “Ustedes es Cristo el Hijo del Dios vivo”» (Mateo 16:13-16).

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Después de que Pedro dijera estas palabras en medio de todos, Jesús se alegró y se dirigió a ellos diciendo:

«Bendito seas Simón Pedro, hijo de Jonás, quien te revelo esto fue Mi Padre que está en los cielos y sobre esta piedra edificare mi iglesia y contra ella las puertas del infierno no prevalecerán, le daré a Mi iglesia, la llave del Reino de los Cielos y todo lo que sea atado en la tierra será atado en los cielos y todo lo que sea desatado en la tierra será desatado en los cielos» (Mateo 16:17-20).

Partiendo nuevamente a un nuevo camino, Jesús les advierte a Sus discípulos que tienen que volver a Jerusalén para la fiesta del Tabernáculo, a pesar de ser peligroso porque los sacerdotes querían de alguna manera matarlo, pero era necesario que todo esto aconteciera (Mateo 16:21).

Todos se pasmaron al escuchar lo que Jesús les advirtió y, partiendo todos, fueron detrás de Él, pero solo Pedro volvió a insistir que no volviera a Jerusalén. Jesús, enfurecido por lo que pedro había hecho al tratar de persuadirlo de no volver a la ciudad, le dijo:
«Sal de mi vista satanás, tú solo sirves para hacer escándalo, no comprendes las cosas que son de Dios, solo las cosas que son de los hombres.» (Mateo 16:22-23).

«Si alguien quiere venir en pos de Mí niéguese así mismo, cargue en su espalda su cruz y sígame porque el que quiera salvar su vida la perderá y aquel que pierda la vida por amor a Mí va hallarla. ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde el alma? ¿Qué puede dar una persona a cambio de su propia alma? El Hijo del hombre vendrá en la gloria de Su Padre, con sus ángeles y retribuirá a cada uno conforme a sus obras y en verdad les digo a ustedes que alguno de los que están aquí no morirán, hasta que vean al Hijo del hombre en Su Reino.» (Mateo 16:24-28).

Todos los que se encontraban con Jesús en aquel momento se quedaron sin palabras. Luego, Él les pidió a Pedro, Santiago y Juan que lo siguieran, sin decir nada de adónde se dirigían.
Al momento que ellos parten, los que quedaron estuvieron murmurando sin entender lo que Jesús quería con los 3 discípulos, ni por qué se había llevado especialmente a ellos y tampoco entendieron las palabras que les había dirigido a todos. Ahora solo quedaba confiar por parte de cada uno e ir comprendiendo lo que se les había dicho.
Jesús, Pedro, Juan y Santiago llegan a las orillas del Monte Hermón, pero aún no comprendían por qué habían llegado hasta allá ni cual era el objetivo de subir, fue así que comenzó el gran recorrido hasta llegar a la cumbre del monte.
Al momento que llegan a la cumbre del monte, presenciaron uno de los hechos mas sorprendentes, fueron testigos de cómo Jesús fue transfigurado, quedando en vuelto en un gran resplandor y viendo a dos profetas que ellos no conocieron al momento por causa del resplandor, que era tan fuerte.
Ellos preguntaron quiénes eran. A lo que Jesús respondió que se trataba de Moisés y Elías. Después de esto, Pedro dijo que montarían tres tiendas una para Jesús, una para Moisés y otra para Elías. Al momento, un gran estruendo se escuchó en los cielos y escucharon una voz que decía: «ESTE ES MI HIJO AMADO A QUIEN TANTO QUIERO, ESCUCHEN SU PALABRA».
Al escuchar esto, se postraron sobre tierra y quedaron admirados de lo que habían presenciado.

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