Migración y salud mental

Según los datos sobre migración de la ONU, el 3.6 %  de la población mundial es migrante internacional, lo que equivale a 281 millones de personas. Entre las principales causas que las lleva a migrar, están las causas económicas (oportunidades de empleo), demográficas (países sobrepoblados, con poblaciones jóvenes y con prevalencia de enfermedades), sociales (realización de estudios profesionales y de posgrado y reencuentro de familias), políticos (discriminación, persecución, conflictos, inseguridad, etc.) y ambientales (exposición a peligros ambientales, productividad de la tierra, habitabilidad, acceso al agua).

Sin embargo, migrar no es una tarea fácil, no solo por el hecho de separarse de la familia y la cultura, sino por todas las dificultades que la mayoría tiene que pasar para poder salir de su lugar de origen e instalarse en un nuevo lugar, así como la adaptación que muchas veces les lleva meses. Toda esta situación de estrés genera en muchos de los migrantes, depresión, ansiedad, insomnio, entre otros trastornos psicológicos.

Los especialistas señalan que estas dificultades y problemas de adaptación se pueden agrupar en 7 niveles del duelo del migrante:

• La familia y los seres queridos: el migrante puede sentir culpa por dejarlos o poco apoyo de estos.

• La lengua: aprender un nuevo idioma puede ser todo un reto. Este hecho dificulta actividades básicas como pedir información.

• La cultura: la comida, la música y demás costumbres, pueden ser un estresante para algunos migrantes.

• La tierra: sufrimiento generalizado por el cambio de clima, paisajes, sonidos y olores.

• El estatus social: el deseo de brindarle mejores condiciones de vida a su familia y avanzar puede verse truncado por sus condiciones de origen y académicas.

• La sociabilidad: la falta de grupos de pertenencia y el enfrentarse a expresiones de racismo, xenofobia y homofobia afecta fuertemente al migrante.

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• Los riesgos para su integridad física: implica todo aquello que ellos viven o ven al emigrar y al instalarse en su nuevo destino. En el caso de América latina, los migrantes no solo están expuestos a las inclemencias del clima y a la geografía de los lugares por los que transitan, sino también están vulnerables al crimen organizado, desde coyotes hasta carteles del narcotráfico; aunado a que durante el trayecto de muchos migrantes ilegales, experimentan violencia, violaciones, carencias e incluso presencian la muerte de otros viajeros.  

Esto es lo que se conoce como el Síndrome del migrante con estrés crónico y múltiple o Síndrome de Ulises, como también se le denomina y se ve reflejado principalmente a través de distintos factores de estrés como la soledad, el sentimiento de fracaso, dificultades para sobrevivir y adquirir comida y vivienda; así como miedo generalizado.

Lamentablemente, las condiciones en las que se encuentran la mayoría de los migrantes no les permite o retrasa el que reciban atención oportuna. Sin embargo, muchas comunidades internacionales cuentan con grupos de apoyo de carácter voluntario.

Por ello la UniSocial realiza labores sociales para ayudar a las personas con carencias alimentarias y espirituales, a través de distintos movimientos en los que se les hace entrega de alimentos, ropa e incluso se les brinda el acceso a tomar un baño caliente, manicura, cortes de cabello y toma de presión. Asimismo, voluntarios capacitados, se ponen a su disposición para brindarles orientación espiritual y una escucha activa.

Si te identificaste con lo descrito arriba, o crees que tienes depresión, te invitamos a participar en las reuniones del Templo de los Milagros: Av. Revolución núm. 253, en la colonia Tacubaya, CDMX. Por tu fe, es posible superarla y encontrar la verdadera felicidad.  

También puedes consultar el horario de las reuniones en la Universal más cercana a tu domicilio. 

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(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.