De paraíso tropical a paraíso perdido: Acapulco tras la devastación de Otis

Con vientos de 270 kilómetros por hora, la madrugada del pasado 25 de octubre, el huracán Otis impactó las costas del pacífico mexicano en el estado de Guerrero, afectando principalmente el municipio de Acapulco. La magnitud de los daños es considerable, debido a lo que muchos especialistas afirman ser un fenómeno único, pues de ser una tormenta tropical, pasó a un huracán categoría 5 en tan solo unas horas, destruyendo todo a su paso.

Hasta hoy, y a pesar de los cálculos estimados, no se sabe con seguridad cuánto costará ni cuánto tiempo llevará la recuperación de esta zona. Pues, además de los 274 000 hogares afectados, al ser una población que vive principalmente del turismo y los servicios derivados de este, el hecho de que al menos el 80 % del sector hotelero presenta daños, agrava la situación para cerca de un millón de habitantes, quienes según cifras oficiales, hasta antes de la catástrofe, más del 53 % de sus pobladores forman parte de los índices de pobreza.

Por las calles se ve la desesperación de sus habitantes, quienes de un momento a otro perdieron sus casas, trabajos, ropa, la capacidad de adquirir insumos básicos, y algunos hasta a sus seres queridos. Porque Otis no respetó edades ni condición social, literalmente lo destruyó todo.

Ante esto, hay quienes sin más remedio viven a la intemperie y sobreviven día a día con lo que a cuentagotas van consiguiendo. Sin embargo, todo escasea, principalmente el agua potable, agravándose las condiciones generales de salud.

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La UniSocial siempre presente, siempre solidaria

Desde el momento en que la organización se enteró de la tragedia, movilizó a los voluntarios de todo el país para el acopio de alimentos no perecederos, botellas con agua y ropa. Aunque la ayuda se sigue juntando y seguirá llegando a las distintas colonias damnificadas, los primeros camiones con asistencia humanitaria arribaron hace unos días. El primero estuvo en la colonia Emiliano Zapata, el miércoles 1 de noviembre, y el segundo, el jueves 2 de noviembre, en la colonia Vista Alegre.

En total, de mano en mano fueron repartidas más de 40 toneladas de ayuda entre alimentos no perecederos, botellas de agua purificada, artículos de higiene personal y limpieza, medicamentos y alimentos para mascotas. Ante filas que parecían interminables, la ayuda fue entregada a quienes más lo necesitan, brindando no solo víveres y el vital líquido, sino palabras de aliento y fe, que resultaron ser un respiro para los habitantes de dichas colonias en medio del desasosiego.

• «Le agradezco a UniSocial. Muchas gracias por este apoyo y espero que sigan mandando más apoyo para las personas que lo necesitamos en verdad. Muchas gracias a la Iglesia Universal por este apoyo».
• «Hasta ahorita no habíamos recibido ningún apoyo más que el de ustedes. Gracias a Dios y se los agradecemos».

Esos fueron los comentarios emitidos por algunos de los beneficiados.

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(*) La Universal agradece la colaboración de todas las personas que hacen posible esta labor social con sus donativos voluntarios. Así como a las autoridades y a todos aquellos que nos brindan las facilidades para llevar a cabo este trabajo