«Le practicaron 7 cirugías, decían que mi hijo iba a morir»

«Mi hijo fue diagnosticado con leucemia y llevaba un tratamiento de quimioterapias. En una ocasión, cuando le realizan una quimioterapia, esta le causó necrosis en el páncreas. A causa de esto tuvo que ser ingresado a terapia intensiva y los médicos me decían que estaba muy grave.

Por esta situación le practicaron 7 cirugías y cada que ingresaba al quirófano, empeoraba. Los especialistas nos decían lo mismo: que él estaba muy mal y solo era cuestión de tiempo. Además, teníamos que comprar las medicinas, pues el hospital no las tenía.

Cada medicamento, que era una ampolleta, costaba 10 mil pesos. Mi hijo lo necesitaba y en total le fueron aplicadas 10 ampolletas, también debíamos comprar catéteres. A pesar del esfuerzo, él no mejoraba. En una ocasión el médico nos dijo que para que nosotros entendiéramos el estado de gravedad de mi hijo, él era el más grave de todo el hospital.

Ante esta situación, no se puede describir el dolor que una madre siente cuando le dicen que su hijo se va a morir. Cuando dicen que solo es cuestión de esperar, no se puede explicar.

En la Universal Dios me respondió. Un día regresé al hospital, a pocas horas de haberle realizado una cirugía y una biopsia a mi hijo, nos dan la noticia: estaba limpio de la leucemia. El estudio de médula salió limpio y en la biopsia estaba todo bien. Actualmente mi hijo está sano, los médicos se sorprendieron porque el proceso había sido largo. Él ya no había recibido quimioterapias, había pasado 6 meses en el hospital y era cirugía tras cirugía que se complicaban.

Los especialistas no se explicaban cómo era posible que mi hijo estuviera sano, aun cuando me decían que iba a ser diabético por vivir con el 40 por ciento de su páncreas. Pero mi hijo es un niño sano. Hoy yo soy una mujer feliz, al ver a mi hijo sano, verlo jugar. Esas pequeñas cosas me hacen sentir muy contenta.» -Guadalupe Martínez

Solo Dios puede darte el SÍ

Guadalupe escuchó muchas palabras negativas: «tu hijo no va a sobrevivir», «no hay cura», «no hay posibilidades», «no hay otra opción». Pero a pesar de las dificultades, decidió poner su fe en las promesas de Dios.

La Biblia nos dice: «Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que fue predicado entre vosotros por nosotros […] no fue sí y no, sino que ha sido sí en Él. Pues tantas como sean las promesas de Dios, en Él todas son sí; por eso también por medio de Él, amén, para la gloria de Dios por medio de nosotros. Ahora bien, el que nos confirma con vosotros en Cristo y el que nos ungió, es Dios, quien también nos selló y nos dio el Espíritu en nuestro corazón como garantía» (2 Corintios 1:19-22).

Tal vez las deudas, los problemas en casa, la separación, un vicio o alguna otra situación te hace pensar que no hay solución. Pero Él te está dando una oportunidad de demostrar tu fe y perseverancia para obtener un: sí.

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