Lavado de manos: ¿por qué es tan importante?
Además de la COVID-19, el lavado de manos ayuda a evitar otro tipo de gérmenes
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) las manos limpias salvan vidas, ya que esta es una de las mejores maneras de eliminar microbios, evitar enfermedades y prevenir su propagación a otras personas.
De entre los microbios que más se propagan de una persona a otra están aquellos que provocan las infecciones respiratorias y diarreicas.
Basta con tocarse ojos, nariz, o boca con las manos sin lavar. O bien, tocar una superficie u objeto contaminado.
También es posible su propagación si una persona, después de toser o estornudar, le toca las manos a otro o toca un objeto de uso en común.
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Los expertos explican cuáles son los momentos clave para realizar el lavado de manos:
- Antes, durante y después de preparar alimentos.
- Antes y después de comer.
- Antes y después de cuidar a alguien en casa que tenga vómitos o diarrea.
- Antes y después de tratar una herida.
- Antes y después de ir al baño.
- Antes y después de cambiar pañales o limpiar a un menor que haya ido la baño.
- Después de sonarse la nariz, tocarse o estornudar.
- Después de tocar a un animal, alimento para animales o excrementos de animales.
- Después de manipular alimentos o golosinas para mascotas.
- Después de tocar la basura.
- Antes de tocarse ojos, nariz o boca.
- Antes y después de tocar el cubrebocas.
- Antes y después de salir de un lugar público.
- Después de tocar una superficie o artículo que otras personas podrían tocar frecuentemente, como manijas de puertas, mesas, carritos de compras, pantallas, controles, etcétera.
¿Cómo hacer el lavado de manos de la forma correcta?
- Mojarse las manos con agua corriente limpia [tibia o fría]. Cerrar el grifo y enjabonarse las manos.
- Frotarse las manos con el jabón hasta que aparezca la espuma. Frotarse la espuma por la parte de atrás de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas.
- Restregarse las manos durante al menos 20 segundos.
- Enjuagarse bien las manos con agua corriente limpia.
- Secárselas con una toalla limpia o al aire.
Recuerda que cuando no puedes usar agua y jabón, puedes recurrir a un desinfectante que contenga al menos un 60 % de alcohol.
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