¿Estamos en el auge del «Apocalipsis moderno»?

En 1962, una caricatura vislumbró las vidas futuristas de los seres humanos dentro de cien años a partir de entonces, fue la de Los Supersónicos. El futuro proyectado por la primera animación mostraba no solo coches voladores y robots que realizaban tareas domésticas, sino videollamadas, el uso de smartwatches (los famosos relojes inteligentes) y televisores de pantalla plana, el acceso al turismo espacial (siendo una realidad para unos pocos, como Jeff Bezos y Elon Musk), así como despertadores con comando de voz y pasarelas móviles. Esta realidad, hasta entonces ficticia, solo pertenecía a Orbit City y, en ese momento, la trama enganchaba a los espectadores por la novedad, porque parecía algo irreal e improbable —es decir, era fruto de mucha imaginación de los creadores William Hanna y Joseph Barbera—. Probablemente nunca habrían tenido la suposición de que antes del 2022 (el año en que nacería el protagonista de la caricatura, Súper Sónico), la humanidad ya sabría sobre los implantes de chips. 

Los microchips comenzaron a implantarse en humanos en 1998, pero fue en la última década que estuvieron  disponibles para uso comercial.

Según BBC News, fue en 2021 cuando la empresa anglo-polaca Walletmor comenzó a vender chips implantables para pagar, que pesan menos de un gramo y son ligeramente más grandes que un grano de arroz. Pero si esto causa extrañeza en algunos, seduce a otros por conveniencia: una encuesta a 4000 personas de Reino Unido y la Unión Europea mostró que el 51 % de la población aceptaría el implante del chip. Pero ¿realmente estaríamos dispuestos a pagar por esa conveniencia? Con tantos datos personales expuestos, ¿no estaríamos a un paso de someternos a algún tipo de control?

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No es cosa de la imaginación

El caso es que no es cosa de hoy que la industria cinematográfica y las tramas literarias, en general, den conjeturas de cómo será el futuro, pues todavía hay dudas por parte de algunos si estamos viviendo un «apocalipsis moderno», o si, de hecho, nos dirigimos al Apocalipsis bíblico, como indican todas las señales. Lo que antes parecía ficción o meras suposiciones de un «creyente fanático» ahora ya no entra en conflicto con la realidad, ya que todo lo que surge sella lo que allí se narra.  Hace docenas de siglos, un profeta concluyó que, en el Fin de los Tiempos, muchos correrían de un lugar a otro y que el conocimiento se multiplicaría (Daniel 12: 4) y actualmente, en tiempos tan digitales, vemos este proceso (que ya no es posible contener). En cuanto al avance del conocimiento, un artículo publicado por el Digital Journal señaló que «para el año 1900, el conocimiento humano casi se había duplicado cada siglo. Sin embargo, en 1950, el conocimiento humano comenzó a duplicarse cada 25 años. Para el año 2000, el conocimiento humano se duplicaba cada año. Ahora, nuestro conocimiento se duplica casi a diario».

Otro punto descrito en la Biblia es la muerte de los dos testigos (Apocalipsis 11:6-13). Sintiéndose turbados por la Palabra de Dios, el mal matará a estos dos mensajeros y evitará su entierro durante tres días y medio, durante los cuales «gente de todos los pueblos, tribus, lenguas y naciones, contemplarán sus cadáveres». Entonces el Espíritu de Vida entrará en ellos, serán resucitados a los ojos de todos y una voz los llamará y en una nube ascenderán a los cielos. Llama la atención que los pueblos (el mundo) vean este episodio. Ahora, ¿cómo se vería esto en todo el mundo si no fuera a través de Internet y los medios de comunicación que conocemos hoy? ¿Cuál sería otra forma más eficiente de hacer que todos vean el horrible evento?

 Y, sobre la realidad apocalíptica, también se especula cómo la capacidad financiera de quienes estarán en la Tierra se verá amenazada por el anticristo, ya que solo permitirá compras y ventas por parte de quienes hayan implantado su marca. Pero ¿no sería el microchip en sí mismo un instrumento extraordinariamente útil para esto? No se puede negar: cuando miramos el avance de la tecnología con la mirada atenta a lo que la Palabra de Dios advierte, entendemos que también hay un cierto enredo político y social que corrobora lo que está en Apocalipsis, descrito por Juan con minucioso detalle.

El calendario maya predijo que el mundo terminaría en 2012, lo cual no sucedió, ya que «nadie sabrá el día ni la hora», como está descrito en Mateo 24, pero muchas señales del Fin de los Tiempos reportadas en la Biblia ya están allí, delante de nuestros ojos.

Para saber sobre más temas del Fin de los Tiempos.

Medita en: Ha dicho el señor de los ejércitos