¿Dios no le hace caso?

Tal vez usted está haciéndolo a un lado y no se ha dado cuenta de eso

“Dios no me oye”. Esa es la queja de un sinnúmero de personas. Ellas argumentan que, a pesar de pedir la atención de Dios, Él no se muestra en sus vidas. Esa queja es tan común que el obispo Renato Cardoso habló del tema:

“Cuántas personas quieren la atención de Dios, quieren que Dios escuche sus oraciones. Pero están demasiado ocupadas para hacer cualquier cosa —a veces, las cosas más simples— para Dios. Como orar, leer la Biblia, ir a la iglesia, hacer algo que Dios quiere de ellas. Pero, al mismo tiempo, exigen que Dios tenga tiempo para ellas”.

Conforme a lo que explicó el obispo, sí, Dios está listo para darle atención a cada ser humano. No obstante, le corresponde a cada uno hacer de Dios su prioridad. Pues, Él no acepta ser el segundo plano de nadie.

“Entonces, Dios no acepta ser colocado en segundo lugar. Por lo tanto, si usted quiere la atención de Dios, tiene que separar su tiempo para Él”, señaló el obispo.

Prioridad o religiosidad

El obispo también explicó la diferencia entre hacer de Dios su prioridad y solo cumplir obligaciones religiosas.

“Cuando usted hace de Dios únicamente un acto de sus domingos, usted, probablemente, es solo una persona religiosa. Dios no puede ser parte de su vida solo en el día que está allá, religiosamente, cumpliendo nuestro deber. Él tiene que formar parte de nuestra vida en todos los momentos”.

Por eso, es extremadamente importante que cada uno reflexione sobre qué es prioridad en su vida. Y, si usted quiere la atención de Dios, dele a Él toda su atención también. Decir que no tiene tiempo para dedicarse más a Él es una excusa que no Lo engaña.

“Quien dice que no hay tiempo para Dios, en realidad, no está sacando tiempo. Todos nosotros tenemos tiempo. Las personas más ocupadas del mundo tienen que administrar su tiempo”, orientó el obispo. “Y el tiempo es un don de Dios, de hecho. Y si usted no sabe poner las prioridades en su vida, entonces, usted va a terminar descontrolándose, desequilibrándose”.

Cómo enseña la Biblia

Finalmente, el obispo advierte que “la falta de priorizar su tiempo para lo que importa empieza a desestabilizar toda su vida”.

Conforme a lo que la propia Biblia enseña, “Dios debe ser el primero. Su Palabra dice que el primer gran mandamiento es que nosotros tenemos que amar al Señor nuestro Dios con toda nuestra fuerza, entendimiento, corazón y mente”.

Si usted aún no está actuando de esa manera, participe hoy mismo en una reunión de la Universal. Saque tiempo para Dios. Haga de Él su prioridad.

“Si usted separa su tiempo, deja todo lo que usted está haciendo y Lo busca, busca Su Espíritu, usted puede tener certeza de que aquellas cosas que están allí en la fila de sus peticiones de oración, que usted no ha sido atendido y respondido, de repente, van a empezar a ser resueltas en su vida. Porque usted a buscar el Reino de Dios en primer lugar. Y todo lo demás va a ser agregado”, concluyó el obispo.

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