Dejando atrás la vieja vida

Dejando atrás la vieja vida

Por Departamento Web 2

El domingo 1.o de octubre, el obispo Franklin habló del bautismo en las aguas, que es uno de los fundamentos de la fe. A pesar de ello, muchas personas al no entender el porqué del bautismo o para qué es, terminan haciéndolo muchas veces como un ritual o por la razón equivocada, como recibir una bendición. Empero, el bautismo en las aguas no trae bendiciones físicas, sino espirituales.

Pues está escrito: «El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado.» (Marcos 16:16). Es decir, el primer paso para que alguien se bautice es creer. Siendo así, ¿qué significa creer? En palabras del obispo, creer no es tener fe, sino entrega. Cuando alguien cree verdaderamente en que Jesús es el Único y Verdadero Dios y Salvador, se entrega en cuerpo, alma y espíritu al Señor.

Hay quien dice: «“Yo creo en Jesús”, pero no quiere entregarse, no quiere tener un compromiso porque no quiere someterse a Dios, no quiere someterse a Su Palabra. Entonces, la creencia de ella es falsa, es mentirosa, porque no hay entrega», comentó el obispo Franklin.

Cuando una persona cree, se entrega, no por obligación, sino porque decide dejar su vieja vida atrás: su pasado, actitudes, pecados, ideas, etc. Y pasa a obedecer Su Palabra. Pues ella está arrepentida y decide que ya no quiere más la vida que ha llevado hasta ahora; ya no quiere mentir, tener mal carácter, adulterar, etc.

La clave para que el bautismo sea válido

Muchos se cuestionan: ¿por qué hay personas que, aunque se bautizan, no cambian? Porque sin arrepentimiento, solo entrará un «pecador seco» y saldrá un «pecador mojado». Pues el arrepentimiento no es remordimiento, el obispo indicó que, cuando alguien se arrepiente odia aquello que practicaba: «no puede ni oír hablar de eso, no quiere saber ni andar más por ese camino.

Por ejemplo, cuando usted se arrepiente de su pecado, si tiene una amiga con la que lo cometió, a partir del momento en el que se arrepintió, ya no quiere juntarse con ella, pues sabe que va a querer inducirle a volver al pecado y usted ya no quiere, porque odia aquello que hacía, tiene asco de eso», explicó.

Es esa es la razón del porqué, aunque muchos se bautizan, siguen cometiendo los mismos errores, porque no hubo arrepentimiento, pues, en realidad, nunca creyeron en Jesús y, por consiguiente, nunca se entregaron de verdad. Mientras que, cuando la persona cree, se arrepiente y obedece la Palabra, al bautizarse ocurre un milagro: la vieja criatura es sepultada junto con su pasado y, al salir del agua, pasa a tener una nueva vida porque, al confesar, sus pecados le fueron perdonados.

No obstante, «mientras estemos en este mundo, mientras vivamos en este cuerpo, vamos a pecar, vamos a cometer errores porque somos humanos, pero no volveremos a la vida pasada», enfatizó el obispo. De ahí la importancia de recibir el Espíritu Santo, porque «Él viene sobre mi vida para ayudarme a no volver más a caer en el mismo error», añadió.

«¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?» (Romanos 6 1-2).

Si alguien verdaderamente se entrega con sinceridad al bautizarse, podrá tener fallas, pero ya no vive en el pecado, ya no comete una y otra vez los mismos errores, pues, como el obispo comentó, cuando se sale de las aguas del bautisterio, la persona emerge limpia y ligera porque todo su pasado se quedó atrás, y, a partir de ese momento, el Espíritu Santo comienza a obrar en ella, moldeándola, exhortándola y dándole tanto el entendimiento que necesita para saber qué cosas desagradan al Señor como el don de arrepentimiento ante aquellas equivocaciones que va cometiendo para que no lo vuelva a hacer y así, cada día, su carácter y comportamiento sean como el del Jesús, de tal manera que todos a su alrededor lo van a percibir.

Sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, entregar su vida para Él no significa que ya no habrá momentos difíciles, sino que, a pesar de ellos, la persona permanece fiel, continúa creyendo y confiando en Dios.

«Entonces, con Jesús voy a permanecer en la abundancia o en la escasez. Si tengo abundancia, estoy aferrado a Él. La abundancia no nos va a separar; enriquecer no me va a hacer poner mi corazón en el dinero; no, yo continúo aferrado a Jesús. Y, si tengo escasez, también continúo aferrado a Él. Porque yo hice un pacto, yo me entregué a Él y me entregué no solo para las cosas buenas, sino porque yo lo quiero por sobre todas las cosas.

Este es el entendimiento que debemos tener sobre nuestra entrega a Jesús. Es evidente, si yo me entrego a Él, tendré Su protección, Su cuidado y estaré dentro de Su Abrigo. Estaré bajo Sus cuidados, aunque voy a enfrentar luchas, eso no me va a separar de Él, no me hará desanimar ni dejar de venir a la iglesia, al contrario, yo me aferro más al Señor Jesús», finalizó.

También lee: No viva sin esta garantía

  • Biblia en 1 año
    Desafío de lectura de la Biblia en 1 año

Ofrenda Online

El perdón que cura

comentarios

[fbcomments url="https://universal.org.mx/dejando-atras-la-vieja-vida/" width="100%" count="off" num="3" countmsg="wonderful comments!"]

Abrir WhatsApp
💬 ¿Deseas hablar con un Pastor?
Pastor Online
Hola 🧑🏻‍💻 Dios te bendiga.

Envíenos un mensaje a nuestro WhatsApp, y vamos a brindar toda la atención que necesites👏🏻.