Así fue el Clamor Universal del Cambio de Espíritu
En la ocasión, se destacó la importancia de buscar la verdadera riqueza
Obispos y pastores del mundo, incluyendo representantes de México, se reunieron el pasado lunes 8 de agosto a las 10 p. m. —horario de Brasil— en el Templo de Salomón en el Gran Clamor Mundial por el Cambio de Espíritu.
En representación de sus respectivas regiones y países, clamaron, en una sola fe, a favor de las peticiones de todos los que participaron en la Hoguera Santa del Cambio de Espíritu.
Y para el pueblo de México que se unió a esta fe, hubo transmisión en vivo, en la que, además del clamor, pudieron escuchar una palabra importante.
Mensaje del obispo Renato Cardoso
El obispo Renato Cardoso habló sobre la diferencia entre la riqueza del alma y la riqueza material, enfatizando que no sirve de nada ser próspero financieramente si el alma es pobre.
Si uno no cambia su espíritu de modo que esté sujeto a Dios, no sirve enfocarse en las bendiciones materiales. No hay nada en este mundo que pueda satisfacer el alma humana: solo el Espíritu de Dios.
Alma rica vs. alma pobre:
El obispo enfatizó que la razón por la que muchos son pobres en sus bolsillos no es porque carezcan de capacidad, oportunidad, dinero, sino porque la mente es pobre. Y otros que solo tienen dinero, su alma es pobre, porque hacen todo por dinero, pensando que en él está la felicidad.
Lo que dice la Palabra de Dios:
«Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud.» (3 Juan 1:2).
El obispo explicó que el apóstol Juan quería que su compañero fuera próspero y saludable físicamente tanto como su alma era próspera. En otras palabras, «primero es la prosperidad del alma, después la prosperidad en el cuerpo y en el bolsillo».
«Te rogamos, oh Señor: sálvanos ahora; te rogamos, oh Señor: prospéranos ahora.» (Salmo 118:25).
También señaló que el salmista pidió dos cosas. Primero la salvación del alma, porque esa es la riqueza del alma. Después él pidió la prosperidad. Las personas del pasado tenían ese entendimiento de que la verdadera riqueza no era material, sino la del alma.
En Lucas 12:19-21, Jesús dijo:
«“Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete”. Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?”. Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios» (Lucas 12:19-21).
Es lo que la mayoría de este mundo quiere. Viajar, disfrutar, comprar… Pero ¿qué es necesario priorizar? Este hombre priorizó la riqueza material y fue llamado loco por Dios.
Para Dios, lo más fácil es dar dinero, sin embargo, ¿por qué Él no te da las cosas como a ti te gustaría? Porque si Él te da más dinero y tu alma es pobre, la posibilidad de continuar perdido aumenta muchas veces.
Aún de acuerdo con el obispo Renato, el dinero solo potencia lo que una persona ya es. Si ella es de Dios, su alma es próspera, entonces externa eso con sus actitudes, haciendo lo correcto, sirviendo a Dios. Por otro lado, darle mucho dinero a una persona de alma pobre es lo peor que se puede hacer, porque se destruirá a sí misma.
«Cuando descubres que la mayor riqueza que puedes alcanzar es entrar al Reino de los Cielos, entonces todo lo demás en este mundo se vuelve infinitamente más pequeño», concluyó el obispo.
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