«A veces desquitaba mi coraje cortándome» 

«Entre las peleas de mis padres, sentía que era un estorbo para ellos. Busqué refugio en amistades y relaciones sentimentales, sin embargo, eso no evitó que creciera un odio muy grande hacia mis papás, tanto así que tenía ganas de golpear a mi mamá. A veces, bajo el intento de quitar ese coraje, me lastimaba o recurría al cutting. 

Mi depresión empeoró tras una relación fallida. Desde entonces, ya no quería salir de mi cuarto; fui perdiendo el interés de hacer cosas personales y perdí mis estudios. Los pensamientos de morir llegaron a mí, pues, aparentemente, había perdido todo y creí no tener futuro. 

Encontré paz cuando comencé a ir a las reuniones de la Universal. Al principio fue difícil sanar internamente, pues necesitaba entregarle a Dios el 100 % de mi vida. Aun así, con el tiempo y el uso de mi fe, la depresión que estuve cargando durante años llegó a su fin. Pues cuando recibí el Espíritu Santo, es decir, al propio Dios en mi interior, me mostró mi valor. Con Él, no solo mis pensamientos y la manera de relacionarme con mi mamá cambiaron, vivo la verdadera felicidad.» -Rosalba Cortes 

Hay esperanza

Si has estado triste o tienes depresión, te invitamos a participar en las reuniones del Templo de los Milagros: Av. Revolución núm. 253, en la colonia Tacubaya, CDMX. Por tu fe, es posible superar el mal del siglo.

También puedes consultar el horario de la reunión en la Universal más cercana a tu domicilio.

(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.

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