40 pastores son consagrados en México

En la recta final de este año, varios pastores recibieron esta unción…

Los días 15, 19 y 22 de noviembre de 2023 son fechas que quedarán marcadas en la vida de varios siervos que tuvieron su ministerio aprobado y, por ello, recibieron la unción como pastores de la Iglesia Universal del Reino de Dios.

Durante 4 ceremonias distintas realizadas en el Templo de los Milagros (CDMX), el obispo Franklin Sanches derramó el aceite sobre la cabeza de los pastores y de sus respectivas esposas, lo que simboliza la consagración de sus ministerios en el Altar de Dios.

Dos de estos encuentros se realizaron en miércoles (15 y 22 de noviembre), en donde fueron ungidos en total 22 pastores. Y en otras dos ceremonias, realizadas por la mañana y la tarde del domingo (19 de noviembre), estuvieron presentes 3 y 15 pastores respectivamente.

Muchos de ellos cuidan del trabajo evangelístico en distintos estados de la República Mexicana como Comitán, Chiapas; Reynosa, Tamaulipas; Morelia, Michoacán; Culiacán, Sinaloa; Acapulco, Guerrero; por mencionar algunas regiones, así como de varias alcaldías y municipios de la Zona Metropolitana del país.

Luchas afrontadas en su ministerio

No obstante, la consagración va más allá de una aprobación, no es un camino sencillo de andar. De acuerdo con el obispo Franklin, la vida de quien sirve en el Altar no es fácil, sino de sacrificio continuo. Y para ser consagrados, los pastores tuvieron que ser probados por el Señor, mediante tribulaciones, injusticias, dolores, luchas, así como dar frutos, para afirmar que son nacidos de Dios.

Porque quien tomó la decisión firme de servir como pastor, está en la dependencia del Altísimo a cada día, él es la propia ofrenda y su mayor alegría está en rescatar y ayudar a las almas que sufren por no conocer a Dios: «El buen pastor da Su vida por las ovejas.» (Juan 10:11) 

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Asimismo, los siervos de Dios deben mostrar un carácter íntegro, como el que el Señor Jesús mantuvo cuando estuvo aquí en la Tierra. Y, además, otro de los criterios indispensables es tener un matrimonio estable y sólido, pues la relación con su esposa es un reflejo de su comunión con el Señor.

Durante esta ceremonia, el obispo explicó varias características del siervo:

«De la misma manera, también los diáconos deben ser dignos, de una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas, sino guardando el misterio de la fe con limpia conciencia. Que también estos sean sometidos a prueba primero, y si son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos.

De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Que los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus propias casas. Pues los que han servido bien como diáconos obtienen para sí una posición honrosa y gran confianza en la fe que es en Cristo Jesús.» (1 Timoteo 3:8-13).

Una bendición para el pueblo

Al final de cada consagración, los pastores y sus esposas realizaron una oración en favor del pueblo de la iglesia, declarando que la bendición que recibieron fuera reflejada en la vida espiritual de todos los presentes.

Y, en la oportunidad, el obispo Franklin señaló la importancia de servir a Dios en el Altar, pues esta es la mayor de las profesiones que un hombre y una mujer pueden ejercer.

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