¿Usted solo busca a Dios en los momentos de aprieto?

Por siglos, el Arca de la Alianza –que era un símbolo físico de la presencia de Dios con el pueblo de Israel– habitó en el tabernáculo levantado por Moisés. Era una estructura temporal, ya que Israel viajaba por el desierto, hacia la Tierra Prometida. Durante las guerras, el Arca siempre iba al frente del ejército y hasta los enemigos temían, pues ya sabían que Dios estaba con ellos en la batalla.

Pero, durante el reinado de David, el Señor ya había dado innumerables victorias y conquistas a Israel, sin embargo, mientras el rey vivía en un palacio, el Arca continuaba en el tabernáculo.

Recientemente, durante el programa «Hable que yo le escucho», el obispo Renato Cardoso reflexionó sobre el tema, trayendo una importante enseñanza.

«En otras palabras: en el momento de la guerra, todos se acordaban de poner a Dios al frente. Después de la victoria, el Arca volvía a la tienda de cortinas y el Señor era hecho a un lado. Muchas personas hacen lo mismo: en el momento del apuro, corren hacia Él, organizan el tiempo para ir a la iglesia, orar, ayunar, leer la Biblia, pero solo en el momento del apuro», dijo.

¿Es justo?

En su día a día, ¿usted busca mantener la comunión con Dios o solo Lo busca cuando necesita resolver un problema? La mayoría de la gente es adepta a la segunda opción, incluso fue lo que sucedió con el pueblo de Israel durante muchos años. El primero en darse cuenta fue el rey David:

“Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que el SEÑOR le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor, dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas” (2 Samuel 7: 1-2)

«Siglos después de la existencia del Arca, David se dio cuenta de que él y todo el pueblo colocaban a Dios en segundo plano en sus vidas, pero cuando decidió construir un templo digno de albergar el Arca, Dios hizo con David una alianza», afirmó el Obispo.

Buscar la ayuda del Altísimo y luego seguir la vida según la propia manera, además de no ser justo, impide que Dios concluya el plan que comenzó en su vida. De esa forma, la persona sale con una bendición en la mano, mientras Él quiere convertirla enla propia bendición.

En esta última semana del Ayuno de Daniel (que comenzó el 6 de agosto y finaliza el próximo día 26), aproveche para reflexionar si usted ha dado el lugar de honor y atención que Dios realmente merece. Para reflexionar mejor sobre el tema y buscar más intimidad con Dios, asista este miércoles a la reunión «Escuela de la Fe», en todos los Centros de Ayuda Universal. Busque la dirección haciendo clic aquí.