Una guerra, sin un solo disparo
Necesitamos entender que las guerras modernas son bastante diferentes de las guerras clásicas
Una guerra sin un solo disparo. Realmente vivimos días muy diferentes…
En el pasado, cuando se hablaba de guerra, todos pensaban en soldados enfilados y un ejército contra el otro ejército enemigo. También estaban los tanques de guerra y los cañones para devastar los territorios enemigos. Sin embargo, los tiempos han cambiado y las estrategias de guerra también.
Aunque hay muchos tratados de paz, muchas promesas bilaterales de cooperación entre países y mucho empeño por el «bien» global, vivir sigue siendo extremadamente peligroso. Porque el mundo continúa siendo un campo de batalla, aunque no haya conflictos abiertos.
Necesitamos entender que las guerras modernas son bastante diferentes de las guerras clásicas, ya que son estratégicamente sutiles y camufladas. Se lucha por la tecnología, la información, los datos personales y todo lo que puede convertirse en poder y control sobre los demás.
Entonces, aprendamos que nunca, y en ningún momento, podemos bajar la guardia. Aunque los tiempos sean aparentemente tranquilos, siempre estamos en guerra.
Quien estaba distraído y tranquilo hace días, se despertó abruptamente. Porque, de un momento a otro, aunque no haya caído ni una bomba sobre nuestras ciudades, ninguna bala haya sido disparada y ningún misil haya invadido el espacio aéreo de nuestros países, la guerra estalló. Todos los días hemos visto los cuerpos caer…
Si somos cristianos, necesitamos comprender que todo lo que sucede en el mundo proviene de un contexto espiritual. Precisamente porque hay dos reinos que luchan entre sí: el Reino de Dios contra el reino de las tinieblas. Sobre la mesa está la disputa por nuestra alma. Y en esta guerra, no hay campo neutral. ¡Usted tiene que elegir un lado!
Por Núbia Siqueira
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