¿Tienes niveles altos o bajos de azúcar? Cuidado, ambos son peligrosos

Por lo general, al escuchar la palabra «diabetes», una de las ideas que viene a la mente es precisamente los niveles altos de azúcar y las consecuencias de presentarlos. No obstante, pocos saben de la relación que existe entre esta enfermedad y los niveles bajos de glucosa, además de sus riesgos, los cuales también pueden ser extremadamente peligrosos.

Pero antes, es necesario aclarar qué es la glucosa y cuál es su papel en medio de estos dos casos.

Sobre la glucosa…

Al comer, los alimentos ingeridos son descompuestos por el cuerpo humano para convertirlos en glucosa. Es decir, son procesados en energía que permite que nuestro organismo realice funciones como respirar o caminar, por ejemplo. Sin embargo, para que esta energía entre a las células la insulina es necesaria durante este mecanismo.

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Niveles altos de azúcar (hiperglucemia)

El problema, es que llega un momento en que el páncreas no es capaz de producir la hormona de la insulina. Esto, en consecuencia, causa un acumulamiento de glucosa hasta que esta, en lugar de ser un beneficio para el cuerpo, se convierte en un agente tóxico. Ahí es cuando se genera la diabetes.

De acuerdo con expertos, a largo plazo, se reflejarán los daños en órganos como los riñones, músculos, ojos e hígado.

Algunos de los síntomas comunes que llegan a presentarse son sed sin control, cansancio, dolor de cabeza, sueño, necesidad de orinar con bastante frecuencia, aumento del apetito y visión borrosa.

Si esta condición no es controlada, otras señales que empiezan a presentarse son el aliento con aroma a fruta, náuseas, desorientación, falta de aire y el coma.

El tratamiento consiste en disminuir los niveles altos. Sin embargo, esto puede traer consigo efectos secundarios. Uno de ellos es precisamente un descenso considerable.

Niveles bajos de azúcar (hipoglucemia)

Si los niveles están por debajo de lo normal, también hay consecuencias. Esto se asocia normalmente con los pacientes diabéticos que ya reciben tratamiento.

En casos así, es importante estar atentos a señales como la disminución de ánimo, sudoración, visión borrosa, mareos, confusión, latidos del corazón irregulares, ansiedad, dificultades para concentrarse, hormigueo y aturdimiento. En situaciones más graves, puede haber convulsiones y pérdida del conocimiento. Incluso el paciente puede terminar hospitalizado para recibir las dosis adecuadas de glucosa.

Si bien ambas situaciones tienen relación con la diabetes, es posible que puedan tener otro tipo de origen, aunque suceden en menor incidencia. Por ello, es indispensable acudir con el especialista para que te dé la orientación necesaria.

Reunión de Sanidad

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(*) La Universal aclara que todos los conceptos emitidos en este medio, así como la programación de radio y de televisión, son cuestiones de fe, en modo alguno deben ser interpretados como elementos con atribuciones terapéuticas, en demérito de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJES DE CONSULTAR A TU MÉDICO.