Rechazo: un acto que mata el interior 

El dolor que genera el desprecio de parte de las personas no se ve, pero se siente y es real. Y, a diferencia de las heridas físicas, que se pueden curar con elementos externos, uno tiene que trabajar con las huellas que deja esta exclusión. 

Algunos toman el rechazo como motor para salir adelante; no obstante, otros no lo consiguen e incluso caen en la depresión, además de otros problemas emocionales. La pregunta es ¿por qué?  

Durante el programa de Rompiendo mi silencio, la psicoterapeuta América Santos Robles explicó que esto «tiene que ver con las historias de vida de las personas; algunos manejan de forma nata la resiliencia (la capacidad para superar circunstancias traumáticas), pero otros tienen que desarrollarla». 

Una dura experiencia 

Marisol Cruz vivió el rechazo de parte de su familia desde antes de nacer y, por eso, no pudo contar con las herramientas necesarias para vencerlo. 

«La ausencia de mis padres biológicos hizo que me sintiera rechazada. Mi padre no quiso responsabilizarse del embarazo de mi madre y ella había tomado brebajes para que no naciera. Mis abuelos se hicieron cargo de mí y a ella la veía pocos días, dos veces al año. Por mi situación, familiares y conocidos decían que mis papás no me quisieron. Crecí con odio y rencor, de igual modo la pasaba mal porque en casa había pleitos, insultos y vicios. También pasé por acosos sexuales de parte de familiares y amigos precisamente por estar sola», contó Marisol. 

Cuando ella cumplió 13, una vez más volvió a experimentar ese dolor: «Mi abuela me entregó a mi mamá diciendo que ya no podía hacerse cargo de mí. Me fui a vivir con ella, su esposo y mis medias hermanas. Pero me sentía incómoda por el cambio y porque mis hermanas me cuestionaban por qué estaba ahí si no teníamos el mismo padre. Tampoco había comunicación entre nosotras, ni siquiera con mi madre. Por todo esto caí en la depresión, me volví rebelde y, sintiéndome miserable, comencé a practicar el cutting. De hecho, por cambiar mi apariencia, mi familia se burlaba y me tachaba de mal ejemplo para mis hermanas. 

No tenía ganas de vivir y me cortaba cada vez que tenía ganas de llorar. Tenía una colección de navajas y vidrios para herirme, e intenté suicidarme ahogándome en una almohada. Traté de llenar mi vacío con marihuana y noviazgos, pero terminaba decepcionada. Viví el peor rechazo cuando me junté con un joven. Yo creí que con él encontraría el amor y cariño, solo que no fue así, la relación pasó de mal a peor y, un día, él me pidió que me fuera». 

Desde la opinión de la psicóloga América Santos, el rechazo golpea severamente la autoestima de los niños que atraviesan el rechazo familiar; además, genera mucha confusión emocional en el menor porque no cuenta con las herramientas para gestionar su interior. Por eso, ella señala que «psicoterapia es la opción para ayudar en este proceso. Incluso contar con una buena red de apoyo y el desarrollo de la espiritualidad son caminos que pueden ayudar a sanar esas heridas». 

Eso fue lo que Marisol hizo, trabajar la parte espiritual: «Tenía vergüenza de volver a casa, no veía esperanza en mí. Pero mi mamá me pidió volver y me invitó a la Universal. Participando en las reuniones no entendía nada, no obstante, hubo personas que me apoyaron y fui refugiándome con Dios. Usando mi fe y esforzándome, mi interior sanó con Su ayuda. Así, las cosas se fueron acomodando, primero en mí. Después, las cosas empezaron a cambiar en la relación con mi familia. Hoy vivo la felicidad que una vez creí que nunca iba a encontrar», finalizó. 

Hay esperanza

Si has estado triste o tienes depresión, te invitamos a participar en las reuniones del Templo de los Milagros: Av. Revolución núm. 253, en la colonia Tacubaya, CDMX. Por tu fe, es posible superar el mal del siglo.

También puedes consultar el horario de la reunión en la Universal más cercana a tu domicilio.

(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.

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